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VILLUERCAS-IBORES-JARA
2022
Edita: Diputación Provincial de Cáceres
Primera edición: 2022
ISBN: 978-84-09-39336-7
Depósito Legal: CC-130-2022
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de
esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción
prevista por la ley.
Hasta entonces las orquídeas eran consideradas como la obra
más sublime y directa de la mano de Dios, pero Darwin quiso
demostrar que incluso aquellas plantas tan extraordinarias
podían explicarse como resultado de una maravillosa suma de
adaptaciones evolutivas.
Janet Browne
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Esta obra no habría sido posible sin la ayuda de todas aquellas personas que han
participado directa o indirectamente en ella.
En primer lugar, y por extraño que parezca, tenemos que agradecer a estas sierras
villuerquinas, las cuales nos han brindado la oportunidad de desarrollar nuestra pasión por
la naturaleza y las orquídeas, descubriendo su esencia, su singularidad, y sobre todo la
belleza de lo indómito.
Seguidamente queremos agradecer la aportación de muchas personas a lo largo de estos
años de trabajo y que han estado ligadas a este proyecto. Mención especial merece Francisco
M.ª Vázquez Pardo, que ha atendido amablemente nuestras numerosas consultas y nos ha
confirmado especies e híbridos de los que albergábamos alguna duda. Paralelamente y
aunque seguramente se nos olvidará algún nombre, quede aquí nuestra gratitud a José
Antonio Mateos (Proyecto Orquídea), José M.ª Barrera, Ángel Sánchez, José Montero, Luís
Rubio, Andrés González, Aurelio Domingo Hernández, Raúl Alcantud, José Medina, Amalio
Gutiérrez, César Martín, Emilio Echevarría León, Jaime Cerezo, Elvira del Viejo, Ángela
Garrote, María Isabel Gallardo, Pedro Holgado, Manuel Becerra, Teodoro Palacios, Iván
Cortijo y Octavio Artieda.
Agradecer las fotografías cedidas por Domingo Rivera (portada), Pablo Alfonso Recuero
(págs. 33, 35 y 316), Francisco Camello (págs. 97 y 100), José-Elías Rodríguez (pág. 19),
Francis Martín Mestas (pág. 96), Mª del Carmen Casas (pág. 100), José Montero (pág. 217),
Francisco Mª Vázquez (pág. 231), Alicia Toro (pág. 253), Antonio Scrugli (pág. 283), ADENEX
(pág. 294) y al ilustrador Manuel García (pág. 32).
Finalmente, tenemos que mostrar nuestra gratitud a nuestras familias y amigos,
especialmente a Víctor Rubio y Carmela Mateos, los cuales, sin ser expertos en el tema, nos
han dado su apoyo, acompañándonos en muchas ocasiones en las jornadas de campo,
disfrutando con nosotros del entorno y de las orquídeas.
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Prólogo .................................................................................................... 11
Autores.................................................................................................... 319
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Para muchas personas la palabra “orquídea” evoca paisajes exóticos y lejanos de frondas
siempre verdes, donde habitan algunas de estas flores extraordinariamente bellas y con gran
valor ornamental. Sin embargo, las orquídeas no son exclusivas de las selvas tropicales, sino
que aparecen en prácticamente todos los hábitats y ecosistemas, entre ellos los
mediterráneos y atlánticos propios de nuestras latitudes.
Algo deben tener estas plantas para que hasta el naturalista más famoso de la historia
dedicara varios años de su vida a estudiarlas. Charles Darwin, después de publicar su teoría
evolutiva en “El origen de las especies” (1859), decidió completar su trabajo buscando
pruebas de la evolución biológica en las plantas, y eligió a las orquídeas que habitaban junto
a su domicilio como material científico, plasmándose en la obra “Las variadas estrategias
por las cuales las orquídeas son fertilizadas por insectos” (1862).
Con cerca de 30.000 taxones, las orquídeas (Orchidaceae), constituyen una de las
familias botánicas más evolucionadas y con mayor diversidad de especies del planeta. Ante
todo, para la mayoría de la población su principal atractivo radica en la belleza de sus flores,
la cuales pueden adoptar coloraciones y morfologías sorprendentes, únicas en el reino
vegetal. Esta singularidad se debe a que las flores presentan una pieza especial, el labelo,
el cual está adaptado para facilitar la polinización. Sin embargo, otros aspectos como su
biología reproductiva y ciclo biológico, íntimamente relacionado con hongos, las hacen muy
interesantes para estudiosos y aficionados.
Desgraciadamente, las orquídeas son la familia de plantas que acumula un mayor
número de taxones amenazados. Sobre un total de 1.769 especies de orquídeas evaluadas en
2021, la Lista Roja Global de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza) reveló que 831 taxones mostraban algún tipo de amenazada. Cinco de ellos
estaban incluidos en la categoría de “Extinto” y 826 se encontraban amenazados (204 “En
Peligro Crítico”, 404 “En Peligro” y 218 “Vulnerables”). Estos datos revelan lo frágiles que
son frente a amenazas externas, como pueden ser la modificación de los ecosistemas, el
comercio ilegal, la contaminación, el cambio climático o la introducción de especies
invasoras. Es por ello que son necesarias medidas de protección.
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Extremadura es una de las comunidades autónomas que presenta mayor número de
publicaciones sobre orquídeas. El primer trabajo que se dedicó exclusivamente al estudio de
éstas fue el realizado por J.L. Pérez Chiscano, J.R. Gil Llano y F. Durán Oliva en 1991, con
el título de “Orquídeas de Extremadura”, obra que fue la semilla para el acercamiento
orquídófilo de numerosos aficionados que han ayudado a ampliar el conocimiento corológico
de esta región. En 2006, se publica la “Guía de orquídeas de Extremadura” (J.A. Mateos
Martín, F. Durán Oliva et cols.), que recoge multitud de datos aportados por los
colaboradores que participan en el PROYECTO ORQUÍDEA, blog al que dedicamos unas páginas
de este libro. En 2009, F. M.ª Vázquez Pardo publica un minucioso estudio, denominado
“Revisión de la familia Orchidaceae en Extremadura”, el cual sirve de referencia para el
presente trabajo. Un año más tarde, en 2010, dicho autor publica una versión reducida de la
anterior investigación, con carácter divulgativo y con el título “Las orquídeas de
Extremadura”.
Uno de los territorios que en Extremadura más sobresale por la belleza de sus paisajes
es la comarca Villuercas-Ibores-Jara. Se trata de un área montañosa, surcada por infinidad
de valles y sierras, las cuales, a pesar de su modesta altura, nada tienen que envidiar a otros
sistemas montañosos ibéricos. Escabrosos riscos coronan las sierras, desarrollándose en las
laderas grandes pedreras generadas por la caída y acumulación de las rocas. Este
característico modelado paisajístico nos indica una dilatada evolución geológica, la cual está
ligada a un importante patrimonio geológico. Es tal su valor y singularidad, que en 2011 la
comarca fue declarada Geoparque Villuercas-Ibores-Jara al entrar a formar parte de las
Redes Europea y Global de Geoparques auspiciadas por la UNESCO. Cuatro años más tarde,
en 2015, adquiere el reconocimiento de Geoparque Mundial de la UNESCO, máxima distinción
internacional para este tipo de figuras.
La singularidad del patrimonio geológico, unida a sus características geográficas y
climáticas, han permitido el desarrollo de una exuberante vegetación, conservada en gran
parte gracias a las usos y aprovechamientos sostenibles que desde antaño los lugareños han
ejercido sobre estos montes. Consecuentemente, extensos bosques y matorrales pueblan las
laderas serranas creando un mosaico paisajístico que deleita al visitante. La floresta que en
el Geoparque se desarrolla es una de las más ricas del suroeste europeo, habiéndose
contabilizado cerca de 1.500 especies vegetales. Diferentes expediciones han recorrido la
comarca, siendo herborizada por muchos botánicos, entre los que destacan los extremeños
M. Ladero Álvarez, J. L. Pérez Chiscano y F. M.ª Vázquez Pardo. Los resultados de estas
expediciones dieron a conocer multitud de especies, señalando su riqueza en orquídeas, con
algunos taxones únicos a nivel extremeño.
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Es tal la importancia orquideológica que muestran estas sierras que era necesario un
trabajo dedicado exclusivamente a estudiar esta familia florística circunscribiéndonos al
territorio del Geoparque. Para ello, hace cinco años, los autores del presente libro, ambos
originarios de las Villuercas, decidimos unir nuestras fuerzas y completar lo mucho que ya
teníamos investigado en esta agreste comarca. Nuestro formación y entusiasmo, unido a un
duro pero gratificante trabajo, ha revelado que el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara alberga
una de las florestas orquideológicas más importantes a nivel estatal.
En este libro, les acercamos el apasionante mundo de las orquídeas desde una
perspectiva más cercana y divulgativa, describiendo las principales características que esta
familia posee. Ajustándonos al Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, detallaremos además las
características más sobresalientes que lo representan, asociándolas con las orquídeas, para
así poder tener una visión global. Además, describiremos las especies que se desarrollan en
el Geoparque, así como híbridos, anomalías y especies que, aunque no hemos localizado,
pudieran hallarse. Finalmente, haremos un breve repaso por las diferentes obras que se han
publicado hasta la fecha, recomendando una serie de rutas. Todo el texto está apoyado por
abundante material fotográfico e ilustraciones que permiten al lector una rápida y cómoda
compresión.
Esperamos con este libro despertar una fructuosa fascinación por las orquídeas,
haciendo hincapié en la singularidad e importancia de estas emblemáticas plantas, las cuales
son auténticas joyas en la naturaleza. Este interés propone ser una ventana abierta a
entender el delicado funcionamiento de nuestros ecosistemas, las relaciones que en ellos se
dan y las especies que se desarrollan. Por ello, creemos oportuno manifestar que aún queda
mucho por hacer y continuar investigando aquellos géneros más complejos, híbridos,
relaciones, etc. hechos que en un futuro seguramente nos deparará gratas sorpresas.
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¿QUÉ ES UN GEOPARQUE?
La Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, define
a un Geoparque como un territorio delimitado que presenta formas geológicas únicas, de
especial importancia científica, singularidad o belleza y que es representativo de la historia
evolutiva geológica y de los eventos y procesos que las han formado. También incluye a
lugares que destacan por sus valores arqueológicos, ecológicos o culturales relacionados con
la gea.
De la anterior definición se extrae que los valores ecológicos singulares relacionados con
la gea muestran un potencial interés. Por ejemplo, algunas especies vegetales manifiestan
un área de distribución condicionada por la geología existente, como por ejemplo las
orquídeas. Es por ello por lo que en este libro aportamos un excepcional y desconocido valor
que tiene el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, su orquidoflora.
HISTORIA
Los primeros Geoparques europeos fueron creados a principios de la década de los 90.
Sin embargo, no fue hasta 1999 cuando la UNESCO propuso la creación de un programa de
Geoparques. En el año 2000 se constituye la Red Europea de Geoparques, y ya en 2001 la
UNESCO decide apoyar las iniciativas de los estados miembros para su creación. A julio de
2021, son 169 espacios los que componen la Red Globlal de Geoparques, repartidos en 44
países. En esa misma fecha, la Red Europea de Geoparques está compuesta por 88 espacios.
De ellos, 15 Geoparques se encuentran en territorio español. El 11 de septiembre de 2011 se
aprueba la creación del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, estando adscrito a las redes
europea y global, ostentando la designación de Geoparque Mundial de la UNESCO (2015).
La gestión de un Geoparque Mundial de la UNESCO se realiza desde el un punto de vista
holístico de protección, educación y desarrollo sostenible, de modo que el patrimonio
geológico de un territorio designado es usado conjuntamente con otros elementos naturales
y culturales de interés, para impulsar el desarrollo local.
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Mapa de localización del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara
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Panorámica del núcleo central montañoso con el Risco de la Villuerca al fondo
LOCALIZACIÓN
Enclavado en el centro-oeste peninsular, al sureste de la provincia de Cáceres, el
Geoparque Villuercas-Ibores-Jara constituye un área montañosa de más de 2.500 km2.
Conforma una unidad bien definida, con elementos ecológicos, geomorfológicos, culturales
y económicos homogéneos. El Geoparque recibe su nombre debido a que su territorio abarca
la delimitación geográfica de la Mancomunidad Villuercas-Ibores-Jara, la cual está formada
por 19 municipios y 8 pedanías.
Desde el punto de vista geográfico, el Geoparque constituye una unidad geográfica
aislada, formada por el macizo montañoso de Las Villuercas, siendo el sector más alto de los
Montes de Toledo. El Geoparque delimita al norte por el río Tajo, al sur por el río Guadiana,
al este por la penillanura de La Jara y al oeste por la penillanura Trujillano-Cacereña. Se
trata de una agreste comarca, la cual está conformada por una serie de sierras y valles
paralelos alineados con dirección noreste-sureste. Su máxima cota es el pico Villuercas,
denominado localmente “Risco de la Villuerca”, que con sus 1.595 metros de altitud vertebra
la mayoría del territorio. Las cotas mínimas se localizan al norte, en la lámina de agua que
delimita el embalse de Valdecañas (315 msnm), y al sur, en las orillas del rio Cubilar (300
msnm). Son por lo tanto 1.300 metros de rango altitudinal que constituyen accidentados y
bellos paisajes, donde se desarrollan ecosistemas de elevada singularidad.
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CÓMO SE FORMÓ EL PAISAJE ACTUAL
La superficie de la Tierra ha sufrido y sufre una continua transformación desde su origen,
con periodos muy dinámicos y otros más estáticos. Es por ello por lo que el paisaje que
actualmente observamos es el resultado de la acción conjunta y simultánea de los agentes
geológicos y climáticos, y en última instancia de un sutil pincelado superficial ejercido por
la distribución de las diferentes formaciones vegetales y por la acción antrópica.
El paisaje del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara destaca por la espectacular morfología
y la abundancia de vegetación. Entre los muchos elementos que dejan su impronta en el
paisaje, el que más sobresale son las sierras. Como si del dorso de un dragón se tratase, las
escabrosas cumbres serranas, desnudas de vegetación, se alinean paralelas a los valles,
dejando en sus faldas impresionantes pedreras rodeadas de una exuberante vegetación. Este
paisaje está consolidado sobre un relieve tipo Apalachense, cuya tipología morfológica se
caracteriza por sierras y valles paralelos, similar a los Apalaches americanos, de donde deriva
su nombre. Este tipo de disposición muestra una compleja génesis, cuyo origen se remonta
al Carbonífero, cuando los territorios que hoy forman el oeste de Europa y de Marruecos
estaban unidos a la actual Norteamérica.
Paisaje del Geoparque con los valles serranos inmersos en la niebla. Fotografía cedida por José-Elías Rodríguez
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HISTORIA GEOLÓGICA DEL GEOPARQUE
Geológicamente, la región se encuentra situada en la Zona Centroibérica del Macizo
Ibérico o Hespérico, constituido mayoritariamente por rocas formadas hace millones de años
durante los periodos Ediacárico, Cámbrico, Ordovícico y Silúrico. Sin embargo, éstos no son
los únicos materiales presentes en el Geoparque, el cual muestra una larga historia
geológica, por lo que para entender mejor el paisaje actual tenemos que hacer un breve
pero interesante encuadre geológico.
Durante el Ediacárico y principios del Cámbrico, el área del Geoparque estaba ocupada
por un extenso mar en cuyo fondo se iban depositando distintos tipos de sedimentos. La
consolidación de estos materiales gracias a la diagénesis formaría las rocas pertenecientes a
estos periodos, constituidas por grauvacas, conglomerados, areniscas y lutitas.
Paralelamente, antiguos arrecifes situados en aguas poco profundas, junto a la precipitación
química, crearían una serie de intercalaciones de rocas carbonatadas. Todas estas rocas
fueron plegadas por los últimos pulsos de la Orogenia Cadomiense, la cual también provocó
una elevación en el terreno, emergiendo este temporalmente durante el Cámbrico inferior.
Durante el Ordovícico y principios del Silúrico, el mar cubre nuevamente la zona,
depositando sobre las anteriores rocas una nueva serie de sedimentos, transformándose
posteriormente en areniscas, cuarcitas y lutitas.
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El intenso plegamiento producido por la Orogenia Hercínica o Varisca durante el
carbonífero eleva de nuevo el terreno, emergiendo este definitivamente. Simultáneamente,
el ascenso de material fundido desde las profundidades dio lugar a intrusiones magmáticas
que, tras su lento enfriamiento, formaron los plutones de rocas graníticas que encontramos
al norte del Geoparque y en el área de Logrosán.
Desde el Carbonífero superior hasta la actualidad, la región se mantiene emergida
siendo lentamente erosionada, por lo que no existen registros estratigráficos de rocas
marinas de esta época en el Geoparque.
Durante la era Cenozoica, diferentes materiales detríticos van rellenando gradualmente
las fosas del Tajo y del Guadiana. Estas fosas se formaron durante la Orogenia Alpina, la
cual también reactivó y elevó el núcleo central del Geoparque. La colmatación de dichas
fosas termina con la formación de las típicas rañas villuerquinas, grandes extensiones de
terreno de escasa pendiente, que son el resultado del depósito de materiales arrastrados por
las aguas fluviales bajo un clima cálido con eventuales episodios de extraordinarias lluvias
torrenciales. Las rañas constituyen las mayores formaciones sedimentarias de origen
continental que existen en el Geoparque, observándose en ellas una serie de capas
superpuestas de materiales arcillosos y arenosos, con cantos redondeados de cuarcitas y
areniscas.
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Mapa Geológico y Columna Estratigráfica del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara
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Finalmente, durante el Cuaternario, la red fluvial se encajona y termina de conformar
el aspecto actual del Geoparque. Durante este periodo tiene lugar la formación de las
impresionantes pedreras que actualmente observamos en las laderas de las sierras, las cuales
tienen su “área fuente” en la Cuarcita Armoricana que forma los crestones rocosos de las
sierras. Concretamente, durante los períodos fríos y húmedos del Pleistoceno, asociados a
climas periglaciares, el agua que lentamente se infiltraba en las fracturas o diaclasas de las
Cuarcita Armoricana, ejerció un “efecto cuña” cuando esta se convertía en hielo,
desprendiendo así los bloques de ortocuarcitas, los cuales fueron acumulándose
paulatinamente en la ladera. Estos depósitos de roca confieren una seña de identidad al
Geoparque, configurando un singular paisaje tipo mosaico al intercalarse con la vegetación
circundante. Además, muchas de estas pedreras funcionan como acuíferos locales que nutren
manantiales. Un sorprendente ejemplo se sitúa en la cabecera del rio Almonte, uno de los
afluentes más importantes del río Tajo. En esta zona se ubica una gran pedrera donde se
puede escuchar el denominado “rugidero”, un curioso sonido similar al burbujeo de una olla
puesta al fuego provocado por la circulación del agua entre las piedras.
Pedrera en la ladera norte del Risco de la Villuerca, junto al nacedero del río Almonte
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Antes de terminar esta sección, hay que resaltar la singularidad de la Cueva de Castañar,
una formación kárstica única en el mundo y que es uno de los atractivos más impresionantes
y frágiles del Geoparque. Dicha cueva se ubica en las cercanías de la localidad de Castañar
de Ibor, desarrollándose en los materiales de edad Neoproterozoico-Cámbrico que afloran en
el anticlinal de Ibor (alternancia de lutitas y grauvacas con niveles intercalados de calizas,
dolomías y magnesitas). La cueva se formó en las últimas etapas del Neógeno y Cuaternario
por disolución de estos niveles generando un entramado de galerías con espeleotemas de
gran belleza, donde destacan las flores de aragonito (formas fibrosas y aciculares). La
blancura de estos espeleotemas contrasta con los tonos rojizos y oscuros de las arcillas y
pizarras circundantes, creando un entorno mágico. La cueva fue descubierta de forma
fortuita en 1967 y desde 1997 está declarada “Espacio Natural Protegido” con la figura de
“Monumento Natural” (Decreto 114/1997, de 23 de septiembre). Debido a su fragilidad, la
cueva presenta un estricto régimen de visitas. No obstante, tenemos la posibilidad de visitar
el centro de interpretación, dotado con los últimos recursos multimedia que permiten al
visitante adentrarse virtualmente en el interior de la cueva.
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ESTRUCTURAS GEOLÓGICAS
En la génesis del paisaje, las fuerzas tectónicas ejercen un notable impacto sobre las
rocas de la corteza terrestre, cambiando su forma, volumen y/o composición. El
comportamiento mecánico de las rocas frente a la deformación depende de la composición
y estructuras de éstas, y de las condiciones de presión, temperatura y velocidad con la cual
se produce dicha deformación. Grosso modo, existen dos tipos de comportamiento:
• Anticlinal: pliegue convexo que presenta los estratos más antiguos en su núcleo.
• Sinclinal: pliegue cóncavo que presenta los estratos más recientes en su núcleo.
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LITOLOGÍA. PRINCIPALES ROCAS DEL GEOPARQUE
Las rocas son los elementos sólidos que forman la corteza terrestre. Son de notable
interés, ya que su desintegración, junto con la acción de los organismos y el clima,
determinan las características de los suelos en los cuales se asientan las especies vegetales,
y en nuestro caso, la orquideoflora. En el Geoparque afloran diferentes tipos de rocas, las
cuales pueden ser englobadas en tres grandes grupos según su origen:
ROCAS ÍGNEAS
Son aquellas que se forman cuando el magma se enfría y se solidifica, ya sea bajo la
corteza terrestre (plutónicas o intrusivas) o en la superficie (volcánicas o extrusivas). En el
Geoparque sólo encontramos el primer tipo, que a su vez puede subdividirse en:
Rocas filonianas
Constituyen filones o diques que rellenan fracturas del terreno en las cercanías
de los batolitos graníticos (aplitas y pegmatitas) o en las formaciones precámbricas
y paleozoicas. Destacan en el paisaje por formar resaltes en el terreno.
Aplita
Pegmatitas. Muestran tamaño de grano muy grueso y son menos
abundantes que las aplitas. Aparecen como masas irregulares
dentro de los plutones graníticos. Los filones más reseñables
pueden verse en el cerro de San Cristobal en Logrosán.
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Rocas plutónicas
Son aquellas que se formaron por el lento enfriamiento y solidificación del
magma en el interior de la corteza terrestre a elevadas presiones y temperaturas.
Forman los diferentes batolitos graníticos que están extendidos ampliamente al
norte del Geoparque y en las cercanías de Logrosán.
Morfología típica de un berrocal granítico. Cancho de Valdecastillo en las inmediaciones de Peraleda de San Román
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ROCAS SEDIMENTARIAS
Con el paso del tiempo y la acción de los agentes bióticos y abióticos, las rocas
preexistentes pueden sufrir cambios en su naturaleza, formando así nuevos tipos de rocas.
Atendiendo a los procesos que las han originado y a su composición, podemos clasificar las
rocas sedimentarias en diferentes subtipos:
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Rocas sedimentarias carbonatadas
Son rocas cuyo origen está en la precipitación química de carbonatos directa
o inducida por organismos, como esqueletos calcáreos y bioconstrucciones. Su
meteorización suele generar suelos básicos o neutros (pH ≥ 7), de gran interés para
el desarrollo de orquídeas basófilas.
Caliza
Dolomías. Rocas formadas por dolomita (carbonato de calcio y
magnesio, MgCa(CO3)2). Su formación se relaciona con procesos
de sustitución metasomática en las capas de caliza (sustitución
del calcio de la calcita por magnesio). La circulación de aguas
ricas en magnesio a través de fisuras, fracturas y planos de
estratificación de las calizas, favorecieron su transformación a
dolomías. Estos procesos de dolomitización diagenética son muy
importantes en áreas de Navalvillar y Castañar de Ibor.
Dolomia
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Rocas sedimentarias mixtas
En este apartado englobamos a las rocas que se han formado por procesos
mixtos de sedimentación en los que participan los procesos de transporte,
acumulación y cementación de sedimentos, junto con la precipitación química y/o
bioquímica. En el Geoparque podemos encontrar:
A pesar de lo que su nombre indica, las capas de Cuarcita Armoricana existentes en el Geoparque están compuestas por
ortocuarcitas y en mucho menor medida por cuarcitas. Ambas rocas muestran un aspecto muy similar, distinguible a nivel
microscópico. En la fotografía podemos observar dichos niveles en el flanco del sinclinal de Santa Lucía
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ROCAS METAMÓRFICAS
Las rocas metamórficas se forman como resultado de la modificación de otras
preexistentes en el interior de la Tierra, debido a cambios en las condiciones de temperatura
y/o de presión. Dicho proceso, conocido como “metamorfismo”, provoca cambios en la
mineralogía, la textura y/o en la composición química de la roca preexistente.
Pizarra
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FÓSILES DEL GEOPARQUE
Los fósiles, restos de organismos que habitaron en épocas anteriores, nos informan de
cómo se desarrolló la vida hace millones de años. Estudiados por paleontólogos, sabemos que
los fósiles más antiguos encontrados en el Geoparque corresponden al final del periodo
Ediacárico (hace 635-538 Ma). En esa época, la comarca estaba sumergida y a poca
profundidad habitaban vegetales (Vendoténidos) y animales (Cloudinas), cuyos restos se han
encontrado fosilizados en las rocas.
Los fósiles de Cloudinas corresponden a metazoos que ya tenían un esqueleto externo
mineralizado de carbonato cálcico, en forma de pequeños conos insertados unos en otros.
Este grupo de animales es muy importante en la evolución, pues se consideran los primeros
animales conocidos que ya tenían exoesqueleto. A destacar que en el Geoparque se ha
descubierto una especie nueva de este grupo, denominada Cloudina carinata.
Cloudina carinata y su reconstrucción (Ilustración de Manuel García). Fotografías obtenidas en Centro de Interpretación
de Cañamero
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Pero los fósiles más abundantes en el territorio corresponden a los periodos Ordovícico
y principios del Silúrico (hace 485-440 Ma). Esta época es considerada como la segunda gran
radiación de vida marina, multiplicándose el número de especies de grupos como trilobites,
graptolites, braquiópodos y moluscos (bivalvos, gasterópodos y cefalópodos).
Una de las mejores áreas para la observación de fósiles es el sinclinal del Guadarranque-
Gualija, donde además se sitúa el Centro de Interpretación del Fósil en la pedanía de
Navatrasierra. En dicho centro se pueden observar muestras de la mayoría de los grupos
fósiles encontrados en el Geoparque, así como paneles informativos que nos ayudaran a
conocer esta singular riqueza.
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MINERALIZACIONES Y EXPLOTACIONES MINERAS
Una geología compleja, con procesos geológicos acontecidos a lo largo de millones de
años no sólo han determinado los diferentes tipos de roca que encontramos en el Geoparque,
sino en ocasiones han concentrado selectivamente ciertos minerales dando origen a
yacimientos. En la mayoría de los casos, estos yacimientos fueron aprovechados por el ser
humano desde épocas pretéritas a través de una importante actividad minera.
En un yacimiento mineral podemos diferenciar dos partes; la mena, que es el mineral
cuya explotación presenta interés, y la ganga, que comprende los minerales que acompañan
a la mena, pero que no presentan utilidad minera en el momento de su explotación. Grosso
modo, los yacimientos minerales pueden englobarse en yacimientos metálicos, no metálicos
y combustibles. En el Geoparque, podemos encontrar los tres tipos, siendo los dos primeros
los que muestran mayor número de explotaciones. Sin embargo, actualmente no existen
labores mineras dedicadas a la extracción de minerales propiamente dichos, aunque sí que
hay algunos estudios en proyecto. Paralelamente, en la actualidad sí que es posible encontrar
en el territorio explotaciones industriales de rocas, como la existente en Castañar de Ibor y
que se dedica a la extracción de orcuarcita.
A pesar de que existen infinidad de pequeños yacimientos metálicos en el Georparque,
sólo dos han destacado por su importancia. El primero de ellos es el coto minero San Roque
(Aldeacentenera), la cual explotaba un importante filón cuya mena estaba formada por
galena argentífera y esfalerita, de la que se obtenían plomo y zinc respectivamente. La
segunda explotación fue la Mina Marialina (Peraleda de San Román), la cual explotaba un
filón de cuarzo donde se extraía galena, esfalerita y malaquita, obteniéndose
respectivamente plomo, cinc y cobre. Este último yacimiento fue explotado de forma casi
ininterrumpida durante casi 500 años (hasta 1916).
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En cuanto a los yacimientos no
metálicos, sobresale la Mina Costanaza
(Logrosán), una explotación de fosfatos
abandonada en 1946. El mineral extraído
(fosforita) era posteriormente tratado en
unas instalaciones aledañas para la
elaboración de superfosfatos, un potente
abono, el cual surtió durante el siglo XIX y
XX a gran parte de Europa. En la actualidad,
es posible recorrer una de las galerías de la
mina (Pozo María), pudiendo además visitar
el Centro de Interpretación del Fosfato y el
Museo Geominero de Logrosán.
Centro de visitantes del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara en Cañamero (Fotografía de Pablo Alfonso Recuero)
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INTRODUCCIÓN
Según la Real Academia Española, el término “suelo” se define como “capa superior de
la corteza terrestre situada entre el lecho rocoso y la superficie, compuesta por partículas
minerales, materia orgánica, agua, aire y organismos vivos y que constituye la interfaz entre
la tierra, el aire y el agua, lo que le confiere capacidad de desempeñar tanto funciones
naturales como de uso, con exclusión de aquellos que estén permanentemente cubiertos por
una lámina superficial de agua”. De esta definición se extrae que el suelo es la capa donde
se asienta la vida y en la cual interactúan la atmósfera, la hidrosfera, la geosfera y la
biosfera, siendo por lo tanto un medio dinámico. La ciencia que estudia la composición y
naturaleza de los suelos se denomina “Edafología”.
Sin embargo, los suelos cumplen con importantes funciones de las cuales se derivan
servicios ambientales indispensables para el sostenimiento tanto del ecosistema como de la
vida humana. De ahí que la degradación del suelo esté considerada como una de las mayores
amenazas tanto para la conservación de la naturaleza como para la producción de alimentos.
La función más conocida del suelo es la de soporte y suministro de nutrientes a las
plantas, por lo que la variación en los componentes de este afectará directamente a la
vegetación que sobre el se asienta. Por lo tanto, podemos entender al suelo como un factor
limitante en el desarrollo de ciertas especies. Especial mención merecen ciertas orquídeas,
las cuales tienen exigencias edafológicas muy estrictas, desarrollándose únicamente en una
estrecha franja de parámetros físico-químicos.
La singularidad geológica del Geoparque, unido a los procesos geomorfológicos y a las
peculiaridades climáticas han dejado su impronta en los suelos, configurando diferentes
tipologías. Algunas clases de suelo muestran características únicas para el desarrollo de
ciertas especies de orquídeas, por lo que se hace necesario un estudio más detallado.
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Mapa de Suelos del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. Se ha tomado como referencia el Mapa de Suelos de la Provincia
Cáceres a escala 1:300.000
38
TIPOS DE SUELO DEL GEOPARQUE
Según las clases edafológicas recogidas en el Mapa de Suelos de Cáceres elaborado por
García Navarro y López Piñeiro (2002) y siguiendo la Base Referencial Mundial del Recurso
Suelo (WRB), en el Geoparque se identifican las siguientes tipologías:
• Phaeozems. Son suelos similares a los cambisols, de los que se diferencian por
presentar un mayor contenido en materia orgánica en el horizonte A, creando así un
horizonte móllico de color oscuro. En el Geoparque se localizan en áreas llanas o con
pequeñas ondulaciones en el extremo centro-occidental.
• Leptosols. Son suelos pedregosos y poco profundos, que ocupan áreas de elevada
pendiente donde la roca madre está muy cercana a la superficie. En el Geoparque,
se distribuyen a lo largo de las sierras alternándose con los crestones rocosos.
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SUELOS DE EVOLUCIÓN MODERADA
SUELOS EVOLUCIONADOS
• Luvisols. Son suelos profundos, donde los horizontes superiores han sido lavados
intensamente desplazando con ello a las arcillas a horizontes inferiores, creándose
un horizonte B árgico. Son los dominantes en las áreas llanas del sur del Geoparque,
hallándose de manera puntual en el resto del territorio.
• Acrisols. Son suelos similares a los luvisols. Se diferencia de éstos por presentar una
capacidad de intercambio catiónico menor y un grado de saturación inferior al 50%,
por lo que son menos fértiles. Se presentan en áreas serranas, rañas y penillanuras.
Calcisols desarrollados sobre materiales detríticos del Neógeno en Villar del Pedroso
40
Antes de terminar este apartado, tenemos que hacer
mención especial a los suelos asociados a las rañas. En anteriores
capítulos explicamos que las rañas son formaciones sedimentarias
de origen continental, compuestas por capas alternas de
fanglomerados, es decir, cantos de ortocuarcitas, y en menor
medida pizarras, subredondeados y englobados en el seno de una
matriz arcillo-arenosa de color rojizo-amarillento. Ocupan
extensas áreas en la periferia del núcleo central montañoso,
Calcreta o caliche
generando planicies con escasa inclinación (la pendiente
longitudinal media es del 7‰).
41
INTRODUCCIÓN
El clima es uno de los factores físicos más importantes que definen y caracterizan un
territorio, incidiendo significativamente sobre la geología, los suelos y la vegetación. Su
estudio es esencial en la orquideoflora, ya que es uno de los principales motores que afectan
a la distribución de las especies, influyendo decisivamente en la composición, estructura y
funcionamiento de los ecosistemas naturales donde se desarrollan.
Con el fin de facilitar la compresión al lector, antes de analizar el clima del Geoparque
vamos a definir varios términos relacionados con el clima.
43
Mapas de precipitaciones y temperaturas medias anuales del Geoparque de las Villuercas-Ibores-Jara
44
Se consideran tres los componentes básicos del clima: la presión, la temperatura y la
precipitación. En el estudio del clima desde la perspectiva de su incidencia sobre los seres
vivos, se suele prescindir de los datos barométricos.
PRECIPITACIONES
El Geoparque muestra un amplio espectro pluviométrico, notablemente influenciado por
la disposición de las sierras. La precipitación anual media varía entre los 450 mm que se
registran en las cercanías de Puente del Arzobispo, hasta más de 1.800 mm que se computan
en la parte más elevada del Risco de la Villuerca. De forma general, las precipitaciones
disminuyen hacia el este. En los llanos de la periferia serrana se sitúan en la horquilla de los
500 a 700 mm, en el piedemonte y en las áreas montañosas menos elevadas están entre los
700 y 1.000 mm, mientras que el núcleo central montañoso se supera los 1.000 mm anuales.
La mayor cuantía de precipitaciones del núcleo montañoso se produce como consecuencia
de dos fenómenos significativos:
• Lluvias orográficas: las masas de aire húmedas procedentes del atlántico son
obligadas a elevarse para superar la barrera orográfica que constituyen las sierras.
En su elevación, dichas masas se enfrían, condensando y precipitando.
45
Durante el invierno, en el Risco de la Villuerca son frecuentes las cencelladas y nevadas
TEMPERATURAS
Al igual que las precipitaciones, las temperaturas medias sufren una notable variación
tanto temporal como espacial. Existe un gradiente altitudinal (descenso de 0,65 ºC por cada
100 m de altitud), ligeramente matizado por la ubicación y la orientación de las sierras. De
manera generalizada, la temperatura media anual del Geoparque es de 14 ºC, aunque con
una horquilla entre los 8 ºC, que se registran en el Risco de la Villuerca y los 16 ºC, que se
alcanzan en las áreas más bajas del sur del territorio. En el núcleo central de las sierras las
temperaturas están entorno a los 11-13 ºC, mientras que en la penillanura circundante las
temperaturas medias anuales se sitúan entre los 14 y 15 ºC. En los meses invernales se
registran las temperaturas más bajas, siendo diciembre el mes más frío (7-2 ºC). Los meses
más caluros se producen durante el estío, siendo julio el mes que registra la temperatura
media más alta (26 a 18 ºC). Desde noviembre a marzo son frecuentes las heladas (30-70
días), las cuales pueden llegar a ser muy intensas, sobre todo en fondos de valle, picos más
altos y en las áreas del noreste del Geoparque.
46
La elevada precipitación de las Villuercas permite el desarrollo de formaciones forestales caducifolias propias de la región
Eurosiberiana. En la imagen se muestra un frondoso castañar ubicado en la umbría del Camorro (Castañar de Ibor)
LA CLASIFICACIÓN CLIMÁTICA
En España existen básicamente tres tipos de clima: atlántico u oceánico (dominante en
extremo norte), mediterráneo (imperante en resto de la España peninsular e islas Baleares)
y subtropical (característico de las islas Canarias). El clima presente en el Geoparque es de
tipo mediterráneo, el cual está caracterizado por un periodo seco variable que se produce
cuando se alcanzan las temperaturas más altas. Sin embargo, este régimen climático se ve
modificado por los factores climáticos, caracterizándose por:
• Altitud: tal y como hemos comentado anteriormente, cuando ganamos altitud las
temperaturas descienden aumentando a su vez la cuantía de las precipitaciones.
Consecuentemente, podemos realizar una subclasificación climática, englobando el
área central en el clima de media montaña mediterránea.
47
Distribución de los diferentes pisos bioclimáticos en el Geoparque de las Villuercas-Ibores-Jara según la clasificación de
Rivas Martínez (1987)
48
LA CLASIFICACIÓN BIOCLIMÁTICA
Tal y como dijimos al comienzo de este capítulo, el clima es el principal motor de
distribución de la vegetación, por lo que se hace necesario el estudio de las interacciones
entre el clima y la distribución de los seres vivos. Por ello, las clasificaciones bioclimáticas
nos ayudan a tener un sistema armonizado de categorización que sea comparable
globalmente. Una de las clasificaciones más utilizadas en la actualidad es la realizada por
Rivas-Martínez, en la cual se distinguen una serie de pisos bioclimáticos asociados a cada
macroclima. El territorio considerado en este trabajo está englobado en el macroclima
“Mediterráneo” donde hay al menos dos meses en verano en los que la precipitación es menor
que el doble de la temperatura (p<2t). En función de un índice de termicidad (It), Rivas-
Martínez define seis termotipos en dicho macroclima, de los que dos están presentes en el
Geoparque; el Mesomediterráneo y el Supramediterráneo.
Cada termotipo se asocia a un ombrotipo, definido en función de la precipitación media
anual. La suma del termotipo y el ombrotipo define el piso bioclimático. En el Geoparque
Villuercas-Ibores-Jara se definen los siguientes termotipos y ombrotipos:
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ENCUADRE BIOGEOGRÁFICO
El Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, desde el punto de vista biogeográfico, está incluido
en la provincia Luso-Extremadurense, sector Toledano Tagano, subsector Oretano, Distritos
Villuerquino y Jareño.
Las formaciones forestales que encontramos en el Geoparque no se distribuyen de
manera homogénea. Al realizar una cliserie de vegetación de la comarca observamos la
existencia de un gradiente de vegetación, la cual se estructura en función de la altura y de
la orientación.
51
Asimismo, el sustrato edáfico es esencial. Grosso modo, la vegetación villuerquina es
mayoritariamente “silicicola”, adaptada a suelos ácidos. En menor medida, los afloramientos
calcáreos presentan vegetación de carácter “basófilo”. Finalmente, resulta destacable otros
dos tipos de formaciones que aparecen en las Villuercas y que podemos considerar relícticas,
ya que son propias de regímenes climáticos diferentes a los actuales y que han conseguido
pervivir hasta nuestros días. Son las loreras, cuyo origen se remonta a los bosques nubosos
montanos del Terciario bajo clima subtropical; y las turberas y trampales, cuyo origen se
remonta a las glaciaciones cuaternarias.
52
Encinares basales montanos. En las partes más bajas de los principales ríos
del Geoparque, dentro del entramado montañoso Villuerquino, es posible
encontrar a encinares arborescentes cerrados. Estos encinares son más
húmedos que los anteriores, desarrollándose generalmente en el ombrotipo
subhúmedo, aunque también es posible localizar bosques en el ombrotipo
húmedo (1.000-1.600 mm). La mayor humedad y la menor intervención
antrópica hace que los estratos arbóreos y arbustivos se entremezclen. La
encina es el árbol principal, aunque es común encontrar madroños (Arbutus
unedo), quejigos (Q. faginea), alcornoques (Q. suber) y arces de
Montpellier (Acer monspessulanum). Los arbustos son muy abundantes, y
están dominados por labiérnagos (Phillyrea angustifolia), durillos
(Viburnum tinus), retamas negras (C. scoparius y C. striatus), brezos (Erica
arborea), torviscos, esparragueras (Asparagus acutifolius) y ruscos (Ruscus
aculeatus). Las orquídeas más comunes son Neotinea maculata, Orchis
langei, Epipactis tremolsii y Limodorum spp.
Encinares basales basófilos. Se trata de un subtipo que puede englobar
tanto a los encinares adehesados como a los montanos, pero que se
singularizan de ellos por desarrollarse sobre sustratos ricos en carbonatos.
La coscoja (Q. coccifera) es frecuente, al igual que el acebuche y el lentisco
(Pistacia lentiscus). Los arbustos dominantes son la estepa o jara blanca
(Cistus albidus), el espino negro (Rhamnus oleoides) y el romero
(Rosmarinus officinalis). En áreas con pH mayor a 7,5, encontramos la
presencia del jaguarzo (Halimium atriplicifolium) y la coronilla de rey
(Globularia alypum), dos especies que en Cáceres sólo se localizan en el
Geoparque. Estas formaciones basófilas albergan un amplio espectro de
orquídeas, especialmente del género Ophrys.
53
Madroñales y manchas. Formación vegetal distribuida por las laderas umbrosas
subhúmedas, a altitudes inferiores a 800 metros. En realidad, se tratan de
altifruticetas mixtas de elevada heterogeneidad y con dominancia del madroño. Su
origen está relacionado con los antiguos bosques paleomediterráneos. Es común
encontrar entremezclados a los madroños con labiérnagos, brezos, durillos,
quejigos, encinas, alcornoques, arces de Montpellier y agracejos (Phillyrea
latifolia), formando florestas muy densas e impenetrables. Debido a la intensa
sombra proyectada en el suelo, el estrato herbáceo es escaso y, por ende, son raras
las orquídeas. Aun así, podemos encontrar especies como E. tremolsii y N.
maculata.
54
Quejigares. Se trata de un bosque marcescente, a caballo entre los perennifolios
y los verdaderamente caducifolios. Ocupa las laderas de las sierras, habitualmente
por encima de los alcornocales, aunque no es raro que contacte con los encinares
basales. Podemos diferenciar tres subtipos:
Quejigares basales basófilos. Están dominados por la subespecie Q.
faginea subsp. faginea, desarrollándose en el piedemonte de las rañas del
norte del Geoparque, sobre sustratos arcillosos y margosos. No forman
masas extensas, sino más bien pequeños rodales intercalados con encinas,
alcornoques y coscojas. Muestran gran interés para la orchidoflora,
albergando diferentes especies del género Ophrys y Limodorum.
Quejigares acidófilos. Están dominados por la subespecie Q. faginea subsp.
broteroi. Crecen en las laderas serranas contactando en cotas bajas con los
alcornocales y en las altas con los robledales. O. langei, Cephalanthera
longifolia y N. maculata son especies de orquídeas frecuentes en estos
bosques.
Quejigares de quejigo andaluz. Están dominados por la especie Q.
canariensis, árbol que presenta gran interés biogeográfico. En las Villuercas
sólo tenemos un pequeño bosquete en la cabecera del río Guadalupejo, el
cual alberga poblaciones importantes de orquídeas como C. longifolia, O.
langei, O. tenera y Epipactis spp.
Aspecto otoñal de un quejigar mixto de Quercus faginea subsp. broteroi en la umbría del Manzano (valle de Vieja)
55
Castañares. Bosque caducifolio de influencia atlántica, que se desarrolla en las
laderas más umbrosas y frescas de las Villuercas, bajo ombroclima húmedo. El dosel
arbóreo está dominado por el castaño (Castanea sativa), árbol que puede alcanzar
los 25 metros de altura. En el Geoparque encontramos excelentes ejemplos de este
tipo de bosque en la cabecera del río Ibor, Guadalupejo y en la umbría del Camorro
de Castañar de Ibor. En estas áreas, los castañares muestran un marcado origen
natural, respaldado por los registros polínicos que evidencian la presencia de la
especie en las Villuercas antes de la llegada de los romanos. En otras áreas del
Geoparque también podemos encontrar castañares introducidos, los cuales son
usados actualmente para la producción de madera o para la recolección de su
afamado fruto, la castaña.
56
Robledales. También denominados rebollares o melojares, son formaciones
forestales dominadas por el roble melojo o rebollo (Q. pyrenaica).
Mayoritariamente se localizan en las partes medias y altas de las sierras, aunque
también es posible localizar masas en fondos de valle (p.ej. cercanías de Logrosán
o Navatrasierra). El melojo es una especie caducifolia que acumula abundante
hojarasca, la cual forma horizontes superficiales en el suelo con elevada materia
orgánica. Muchas de herbáceas del sotobosque florecen al principio de la
primavera, antes de que los robles se cubran de hojas y disminuya la luz que llega
hasta el suelo. Dependiendo del piso bioclimático donde se desarrolla, podemos
distinguir:
Robledales supramediterráneos. Se localizan por encima de los 1.000 m
en las umbrías y de los 1.100 m en las solanas, bajo ombroclima húmedo o
hiperhúmedo (1.600-2.000 mm). Se caracterizan por la presencia dispersa
del mostajo (Sorbus torminalis). En menor medida encontramos al arce de
Montpellier, el serbal (S. aria) o la xiniesta (Genista florida). La herbáceas
están representadas por primaveras (Primula veris), eléboros (Helleborus
foetidus), narcisos trompones (Narcissus confusus), peonías (P. broteroi y
P. officinalis), poligonatos (Poligonatum odoratum) y diversas orquídeas
(Dactylorhiza insularis, N. nidus-avis, O. mascula, O. langei, C. longifolia
y E. helleborine).
Robledales mesomediterráneos. Se localizan a menor altitud que el
anterior tipo, diferenciándose también en las especies vegetales que
acompañan al roble melojo. Entre ellas destaca el madroño y durillo.
Resaltar la presencia de dos endemismos del centro-oeste peninsular
(Leuzea raphonticoides y Centaurea toletana).
Imagen otoñal de los castañares y robledales que se El mostajo (Sorbus torminalis) es un elemento identitario
localizan en la cabecera del río Almonte de los robledales supramediterráneos
57
Encinares y enebrales cacuminales. Este tipo de formación vegetal ocupa una
estrecha franja ligada a los crestones cuarcíticos. Estas áreas muestran duras
condiciones para la vida vegetal (xericidad, escaso suelo, fuerte insolación, frío en
invierno, vientos frecuentes, etc.), lo que limita el desarrollo de la mayoría de las
especies vegetales. Sin embargo, un selecto grupo es capaz de crecer fijando sus
raíces a través de las fisuras de las rocas. Destacan el enebro de miera (Juniperus
oxycedrus subsp. badia) y la encina, los cuales forman masas mixtas con diferente
estructura y diversidad dependiendo de su ubicación. El sotobosque es variable,
pudiendo encontrarse jaras pringosas, labiérnagos, cornicabras y algunos
madroños. En las áreas más rocosas, desafiando la gravedad, aparecen especies
como el piorno ceniciento (Genista cinerea), el cenizo (Adenocarpus argyrophyllus)
o las clavellinas (Dianthus lusitanus). Otras especies son las jasiones (Jasione
tomentosa, J. mariana), las dedaleras o abilorias (Digitalis thapsi), los narcisos de
roca (Narcissus rupicola), los ombligos de Venus (Umbilicus rupestris) y diversas
crasuláceas (Sedum ssp.). En las fisuras con mayor humedad, junto a helechos como
Asplenium ceterach, Asplenium trichomanes, Asplenium billotii y Polipodium
cantabricum, puede aparecer ocasionalmente ejemplares dispersos de arraclán
(Frangula alnus f. retusa), un taxón endémico de los Montes de Toledo. Finalmente,
hay que resaltar la presencia de abundantes líquenes que, creciendo directamente
sobre las rocas, son pioneros en la sucesión vegetal (Acarospora hilaris, Caloplaca
carphynea, Rhizocarpon geographicum, Umbilicaria grisea, Lasallia pustulata,
etc.). Entre las orquídeas destacar A. champagneuxii, A. picta y N. maculata.
58
Matorrales de cumbre. Al igual que los encinares y enebrales cacuminales, los
matorrales de cumbre se desarrollan en las crestas cuarcíticas de las sierras,
diferenciándose de las anteriores formaciones no sólo en las especies que lo
componen, sino por localizarse a mayores altitudes, en el área que engloba el Risco
de la Villuerca, techo del Geoparque. A pesar de que la cumbre está adscrita al
límite superior del piso supramediterráneo, en ella se observan pinceladas del piso
oromediterráneo, y que es consecuencia de la morfología de pico aislado, el cual
está muy venteado. Además, los escasos suelos que se desarrollan entre los riscos
y pedreras se hielan intermitentemente durante el invierno, presentando además
encharcamiento temporal debido a las elevadas precipitaciones que se registran,
las cuales están próximas a los 2.000 mm. anuales. Bajo estas condiciones
climáticas, el desarrollo de los bosques está limitado, por lo que éstos
prácticamente desaparecen, siendo sustituidos por matorrales climácicos con tintes
orófitos. Se trata de formaciones altimontanas, dominadas por nanobrezales de
brezo morado o quirola (Erica umbellata), brezo rojo (E. australis), brecina
(Calluna vulgaris) y carquesa (Genista tridentata), con incursiones puntuales de
cambrión (Echinospartum ibericum), un endemismo ibérico, muy escaso en el
Geoparque. Clavelinas, piornos cenicientos, cenizos, xiniestas, narcisos de roca y
narcisos trompones son comunes en zonas más pedregosas, mientras que en áreas
resguardadas aún podemos observar ejemplares arborescentes de roble melojo,
arraclán o acebo (Ilex aquifolium). En estos matorrales hemos visto a orquídeas
como Anacamptis champagneuxii y Orchis mascula.
59
Vegetación de ribera. Constituye un amplio abanico de bosques ligados a los cauces
fluviales. Entre ellos destacamos:
60
Aliseda junto al río Ibor
61
Fresnedas. Son bosques abiertos dominados por el fresno, árbol caducifolio
robusto que puede alcanzar hasta los 20 metros de altura. A veces los
fresnos se entremezclan con sauces (Salix spp.), alisos y almeces (Celtis
australis). En las fresnedas son frecuentes las orlas espinosas de espinosas
de zarzales (R. ulmifolius), majuelos y tamujos. Una herbácea
característica de las fresnedas es la ficaria (Ficaria ranunculoides). En el
Geoparque pueden encontrarse dispersas en muchos ríos serranos, aunque
adquieren gran importancia en algunos tramos de la periferia, como el
arroyo del Pedroso o tramo medio del río Almonte.
Saucedas. Son formaciones caducifolias de pequeña altura (< 10 metros),
dominadas por sauces como S. salviifolia, S. atrocinerea y S. alba. En el
núcleo montanoso de las Villuercas pueden aparecer creciendo en pequeños
rodales, mientras que en la periferia llega a formar densas galerías riparias,
como por ejemplo las existentes en el arroyo del Pedroso o el río
Guadalupejo.
Choperas. Pequeños bosques que se localizan en tramos medios y bajos de
arroyos y ríos del Geoparque. Están dominados por el chopo blanco (Populus
alba), aunque también existen en el Geoparque choperas de chopo negro
(P. nigra) o del álamo cano (P. canescens). Fresnos, alisos, cerezos, saucos
y olmos (Ulmus minor) frecuentemente aparecen en estas formaciones. En
el Geoparque, mención especial merecen las choperas existentes en el
tramo medio del río Guadalupejo, las cuales albergan nutridas poblaciones
de la orquídea C. longifolia.
62
Matorrales de sustitución. Prácticamente todas las formaciones boscosas en
Extremadura muestran signos de alteración antropogénica. Esto ha conllevado que
en muchas áreas los bosques originales han sido reemplazados por formaciones
arbustivas diversas. Entre ellas destacaremos:
Matorrales acidófilos. Son formaciones arbustivas de pequeño a mediano
porte (0,5-3 metros) que se desarrollan sobre suelos ácidos. En función de
la especie dominante se distinguen: “brezales” (E. australis, E. arborea y
C. vulgaris), “escobonares” (C. scoparius y C. striatus), “jarales de jara
pringosa” (C. ladanifer), “tomillares” (Thymus mastichina), “escobonares
blancos” (C. multiflorus) y “retamares” (R. sphaerocarpa). Los tres
primeros se presentan en las laderas serranas, mientras que el resto
abundan en zonas llanas. Las orquídeas asociadas a estos matorrales son A.
picta, O. langei y N. maculata E. tremolsii.
Matorrales basófilos. Son formaciones arbustivas que se desarrollan sobre
sustratos carbonatados. A diferencia de los anteriores, no muestran tanta
homogeneidad, por lo que encontramos una mezcla de diversas especies
como la jara blanca, el romero, el brezo de escobas (E. scoparia), el
jaguarzo, la coronilla de rey y el tomillo salsero (T. zygis). Estos matorrales
albergan un elevado número de orquídeas, destacando el género Ophrys.
63
FAMILIA ORCHIDACEAE
Las orquídeas son plantas monocotiledóneas que se engloban dentro de la familia
Orchidaceae, perteneciente al orden Asparagales. Según los diferentes autores consultados,
la familia comprende aproximadamente entre 25.000 y 30.000 taxones por lo que
representan aproximadamente el 10 % mundial de las especies vegetales con flor. Debido al
interés ornamental que presentan algunos taxones, con grandes y bellas flores, se han creado
multitud de híbridos y cultivares artificiales, que suman cerca de 100.000 variedades.
El nombre de orquídea procede del término latino “orchis”, que a su vez deriva del
vocablo griego “ὄρχις” (tértículo). Fue recogido por primera vez en la obra “De causis
plantarum” escrita por el filósofo y botánico griego Teofrasto de Ereso (371-286 a.C.),
refiriéndose a una planta que presentaba un par de bulbos redondeados en la base de sus
raíces y cuya morfología se asimilaba a las gónadas masculinas.
Diferentes investigaciones han tratado de abordar la cuestión del origen de la familia.
Durante mucho tiempo se consideraba que las orquídeas tenían origen muy reciente. Sin
embargo, los análisis de diversidad molecular y el descubrimiento de fósiles datados entre
los 40 y 50 millones de años han refutado dicha hipótesis. Con las investigaciones publicadas
hasta la fecha y que tratan de reconstruir el árbol filogenético de la familia Orchidaceae, se
ha expuesto que probablemente el ancestro común más reciente vivió al sureste de Asía
(península malaya) en el Cretácico superior, datándolo en la horquilla de 76 a 84 millones de
años. Otras investigaciones recientes señalan su origen en Australia hace aproximadamente
112 millones de años.
Sea como fuere, las orquídeas constituyen las monocotiledóneas más avanzadas en la
evolución, teniendo una elevada especificidad en la polinización, almacenamiento, toma de
agua y asociaciones con hongos.
65
CARACTERÍSTICAS DE LAS ORQUÍDEAS
Las orquídeas se encuentran distribuidas por todo el mundo excepto en el continente
Antártico y los desiertos ecuatoriales. La mayor cuantía de especies se localiza en las
regiones tropicales y subtropicales, donde alcanzan gran tamaño, variedad y belleza floral
(de ellas proceden las orquídeas cultivadas). Todas las orquídeas son perennes, aunque en
algunas especies existe un periodo donde únicamente se mantiene vivo los órganos
subterráneos. Dependiendo del soporte donde se ancla la orquídea podemos distinguir:
Orquídeas epífitas. Son especies que se desarrollan sobre troncos y ramas de
árboles. Presentan raíces fotosintéticas diseñadas para captar el agua de la humedad
o de la lluvia. Son típicas de zonas arboladas densas en áreas tropicales y
ecuatoriales. Esta estrategia de vivir en las alturas les ha permitido una mayor
captación de la radiación solar y el escape de la herbivoría a nivel de suelo.
Orquídeas terrestres. Son especies que muestran un sistema radicular anclado al
suelo. Son típicas de zonas templadas. Un subtipo de orquídeas terrestres son las
denominadas trepadoras (lianas) que, a pesar de estar arraigadas al suelo, presentan
unos fustes que se adhieren a la vegetación. Un clásico ejemplo de orquídea
trepadora es la vainilla (Vanilla mexicana).
En cuanto a la estructura florar, la familia muestra una elevada diversidad en tamaño y
detalles estructurales, aunque el número y conformación de las partes es uniforme. El diseño
de las flores está altamente especializado para una correcta polinización, mostrando
relaciones específicas con ciertos insectos. Las semillas, generalmente con tamaños muy
pequeños, están diseñadas para su dispersión a través del viento. Algunos géneros poseen
frutos carnosos que atraen a pájaros y mamíferos, los cuales que actúan como agentes de
dispersión. Para la correcta germinación de las semillas, las orquídeas necesitan de
relaciones mutualistas con hongos.
66
CARACTERÍSTICAS DE LAS ORQUÍDEAS IBÉRICAS
Todas las orquídeas ibéricas son terrestres y presentan un tamaño más reducido que sus
congéneres tropicales y ecuatoriales. Por ello, carecen de algunas estructuras propias de las
especies epífitas tropicales, tales como el velamen radicum o las raíces fotosintéticas. Otra
importante diferencia es que las orquídeas ibéricas muestran un periodo de letargo, donde
la parte aérea desaparece temporalmente. Por ello, en nuestras latitudes, la parte
subterránea muestran órganos de reversa, como son los pseudobulbos y rizomas.
En cuanto a las estructuras florales, grosso modo las especies ibéricas presentan flores
más discretas y menos vistosas que las especies tropicales y ecuatoriales. A pesar de ello,
encontramos gran variedad de formas y extraordinaria complejidad floral. Por su desarrollo
floral destaca la orquídea gigante europea (Hymantoglossum robertianum) que, con su
imponente y olorosa floración, nada tiene que envidiar a sus congéneres tropicales.
67
INTRODUCCIÓN
El estudio de los caracteres anatómicos y morfológicos nos ayudará a identificar las
diferentes especies de orquídeas, por lo que es necesario su conocimiento. De forma general,
las orquídeas europeas son plantas herbáceas vivaces, donde la parte subterránea se
mantiene viva varios años, renovándose anualmente la parte aérea. Esta estrategia permite
a las orquídeas resistir periodos desfavorables, como son la sequía estival de áreas
mediterráneas o los duros inviernos de áreas continentales o montañosas. Durante estos
periodos sólo se mantiene viva la parte subterránea, la cual emitirá brotes nuevos cuando
las condiciones externas sean adecuadas.
69
BULBOS, RIZOMAS Y RAICES
Enterrados en el suelo, las orquídeas presentan una serie de órganos subterráneos,
compuestos por rizomas o bulbos (también denominados tubérculos) y raíces. Estos órganos
van a ser los encargados de suplir de nutrientes a las partes aéreas durante la fase de
desarrollo vegetativo. Específicamente, la función de estos órganos son:
Las raíces absorben nutrientes y agua del suelo, a la vez que dan sostén a la planta.
Éstas suelen necesitar la ayuda de ciertos hongos para el correcto funcionamiento,
formando complejos sistemas radiculares mixtos denominados micorrizas.
Los bulbos son tallos modificados con forma ovoide. En las orquídeas, existe consenso
en que se trata de una transición entre raíz y tallo, por lo que es mejor denominarlos
pseudobulbos o pseudotubérculos. Cada año, de los pseudobulbos emergen tanto
la parte aérea como un nuevo pseudobulbo que almacena las reservas para año
siguiente (el antiguo se agota y muere). Asimismo, de ellos surgen unas pocas raíces
carnosas y gruesas. Generalmente los bulbos son redondeados u ovoides, aunque en
algunos géneros, como Dactylorhiza, los bulbos muestran estructuras amorfas con
ciertas prolongaciones. Como curiosidad, el nombre “orquídea” deriva del griego
“orchis”, que significa testículo y se aplicó por el gran parecido que tienen los
pseudobulbos con los testículos humanos.
Los rizomas son tallos subterráneos engrosados de forma cilíndrica con misión similar
a la de los pseudobulbos. Dependiendo de las especies, los rizomas pueden presentar
densas raíces entrelazadas (p. ej. Neottia nidus-avis) o una serie de raíces
estoloníferas simples.
70
TALLO
El tallo presenta la estructura vascular propia de las monocotiledóneas, es decir, tienen
un crecimiento vertical y terminan en inflorescencia sin hojas (tipo escarpo). El tallo no está
ramificado y presenta unas dimensiones variables (desde los 5 cm en Ophrys speculum o O.
bombyliflora hasta más de 80 cm en Dactylorhiza elata o Himantoglossum robertianum).
Generalmente es macizo, aunque en algunas especies es hueco o fistuloso (p. ej. D. elata).
Igualmente puede ser liso o acostillado y presentar pilosidad o ser glabro.
En la mayoría de las especies el tallo está pigmentado, y sólo unas pocas carecen de
pigmentos (p. ej. Neottia nidus-avis). La coloración mayoritaria es verde, puesto que
predomina la clorofila. Sin embargo, no es raro observar coloraciones rojizas, amarillentas e
incluso violáceas. La pigmentación puede cubrir completamente el tallo, concentrarse en su
base (p. ej. algunas Epipactis) o en su ápice (Orchis mascula). En taxones como Neotinea
maculata los tallos están maculados (manchados).
De los tallos emergen las flores y las hojas. Las primeras se disponen en el ápice mientras
que las segundas se concentran en la base (género Ophrys u Orchis), pudiendo llegar a ocupar
hasta alcanzar los 2/3 del tallo (géneros Cephalanthera y Epipactis).
Tallo acromático propio de Neottia nidus-avis Tallo fino y maculado de Neotinea maculata
71
HOJAS
Al igual que el tallo, las hojas de las orquídeas tienen la morfología y anatomía típica
de las monocotiledóneas, es decir, carnosas, no pecioladas y con formas ovadas, lanceoladas
o casi lineales. Asimismo, son paralelinervias (con nervios principales paralelos que surgen
de la base). Muchos géneros de orquídeas presentan una roseta basal de las hojas junto a la
base del tallo. En otros géneros se disponen a lo largo del tallo. Si existen ambos tipos, las
más alejadas del suelo muestran un menor tamaño. En cuanto a su disposición, esta puede
ser alterna (helicoidal o dística), opuesta o imbricada (sobrepuesta).
Hojas carnosas de Himantoglossum robertianum Hojas con disposición alterna en Epipactis tremolsii
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FLORES
En el acervo popular, las orquídeas son conocidas por sus bellas y atractivas flores. Sin
embargo, la gente está acostumbrada a visionar las grandes estructuras florales de algunas
orquídeas tropicales cultivadas. En cambio, en nuestras latitudes, las orquídeas muestran
flores de menor tamaño, sin que ello menoscabe su belleza.
Se puede considerar que las flores de las orquídeas están muy evolucionadas, habiéndose
transformado los órganos que las conforman con un fin orientado a facilitar su polinización.
Grosso modo, las flores de las orquídeas muestran una serie de características comunes:
73
• El perianto es diclamídeo, constando de dos verticilos, uno exterior que corresponde
al cáliz (sépalos) y otro interior que corresponde a la corola (pétalos).
• Las flores son trímeras, es decir, presentan tres sépalos y tres pétalos.
• Los sépalos son generalmente petaloideos y con morfología similar.
• Los pétalos difieren entre ellos. Uno de los tres está modificado denominándose
labelo, siendo esta una estructura exclusiva en las orquídeas. Los dos restantes son
iguales, más pequeños y a veces parecidos a los sépalos.
• Todas las orquídeas ibéricas (excepto Cypripedium calceolus) tienen agrupada las
flores en espigas o racimos.
• Mayoritariamente, las flores no tienen pedicelo. Sin embargo, algunos géneros como
Epipactis o Cephalanthera, presentan flores provistas de un corto pedicelo (flores
pediceladas).
• Un curioso fenómeno que da en el pedicelo y/u ovario es la resupinación, un giro de
180º de modo que el pétalo superior (labelo) acaba situándose hacia abajo. Este
hecho no es exclusivo, pero se observa en casi todas las orquídeas ibéricas.
El género Epipactis muestra flores pediceladas El labelo de Ophrys scolopax se sitúa en la parte inferior
74
GINOSTEMO
Es una estructura reproductiva que se presenta en el centro de la flor. Esta
deriva de la fusión, en mayor o menor grado, del estilo con el filamento de los
estambres formando un solo órgano. En su conjunto, el ginostemo está formado
por:
Gineceo. Es el conjunto de órganos sexuales femeninos. Está formado por
tres carpelos (hoja transformada) soldados formando una única estructura,
en la cual podemos diferenciar:
Ovario. Es la estructura que contiene la cavidad seminal, ya que en
su interior contiene los primordios seminales a fecundar. Se dispone
en la base del estilo. El ovario de las orquídeas es ínfero, es decir,
se haya debajo de los verticilos. En su interior, el ovario puede
estar dividido en tres cavidades (p.ej. subfamilia Cypripedioideae)
o no. Tras la fecundación, el ovario formará un fruto en forma de
cápsula, el cual contiene las semillas.
Estilo. Es un conducto filiforme que se dispone entre el ovario y el
estigma, y cuya función es canalizar el polen entre ambos.
Estigma. Es un tejido provisto de papilas cuya función es captar y
retener al polen. Generalmente, el estigma es trilobulado, con una
superficie formada por la fusión de los estigmas. En algunos géneros
(p.ej. Epipactis) aparece una protuberancia, cuyo origen es
confuso, a la que se adhieren los polinios y se denomina rostelo. Se
piensa que el rostelo deriva de un estigma estéril, y muestra una
función que impide el contacto entre los polinios y los estigmas de
una misma flor, evitando de este modo la autofecundación.
75
Androceo. Es el conjunto de órganos sexuales masculinos, formado por los
estambres. En las orquídeas, el androceo ha sufrido un proceso evolutivo
de reducción, tanto en el número de piezas como en su morfología. Se cree
que las orquídeas primitivas debieron de tener seis estambres si bien,
actualmente, sólo aparece uno. Como excepción tenemos la subfamilia
Cypripedioideae, la cual presenta dos estambres fértiles y la subfamilia
Apostasioideae, donde existen especies con hasta tres. El estambre que,
en su mayor parte está soldado al estilo, termina en una antera. La parte
superior del ginostemo donde se separa la cavidad estigmática y la antera
recibe el nombre de clinandrio. La antera a su vez está dividida en dos
estructuras llamadas tecas o polinarios, las cuales constan de las siguientes
partes:
Retináculo o viscidio. Es un pequeño corpúsculo pegajoso cuya
misión es fijarse a la antera, después al polinizador y por último al
estigma de otra flor. En algunos taxones el retináculo se encuentra
protegido por una estructura membranosa en forma de bolsa
denominada bursícula.
Caudícula. Es un conducto elástico, semejante a un pedúnculo, que
se dispone entre el retináculo y el polinio. Los géneros Epipactis,
Limodorum y Neottia carecen de ella, mientras que el género
Cephalanthera no tienen ni caudícula ni viscidio.
Polinio. Es el órgano donde se disponen los granos de polen, los
cuales se agrupan en grandes masas compactas. El polinio puede
mostrar estructura uniforme o bien estar constituidos por la
agrupación de pequeños paquetes denominados másulas. En este
último caso el polinio recibe el nombre de séctil.
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PERIANTO
Es la envoltura floral estéril de la flor. Esta envoltura muestra dos funciones;
cuando la flor aún no se ha abierto (botón floral), el perianto protege los órganos
reproductores del exterior; durante la antesis, la viva coloración, morfología,
néctar y/o fragancia del perianto atrae a los polinizadores. El perianto es
diclamídeo, estando constituido por dos verticilos con tres piezas cada uno:
Sépalos. Corresponde al verticilo exterior o cáliz. Los sépalos son
generalmente libres, del mismo tamaño y coloración, presentándose dos
laterales y uno central o dorsal. Algunas especies muestran sépalos soldados
por los márgenes (p. ej. Serapias) formando una especie de casco que
protege al ginostemo. Los sépalos muestran un borde liso, pudiendo tomar
coloraciones variadas, a veces semejante a la de los pétalos.
Pétalos. Corresponde al verticilo interior o corola. Los pétalos difieren
notablemente en su morfología.
Pétalos laterales. Son iguales entre sí, mostrando generalmente un
escaso tamaño. Al igual que sépalos, pueden estar libres o soldados
entre sí. En ocasiones los pétalos y los sépalos se conforman en una
posición connivente a modo de casco o galea. Los pétalos laterales
suelen estar más coloreados que los sépalos.
Labelo. Corresponde con el pétalo central, aunque muestra un
aspecto muy diferente a la de sus congéneres laterales. La
disposición del labelo puede ocupar una posición superior (adaxial)
o inferior (si la flor ha sufrido un proceso de resupinación). El labelo
es la pieza más compleja de la estructura floral de las orquídeas,
exhibiendo diversas funciones relacionadas con la polinización.
Sirve como plataforma en la que se posan los insectos, pueden
adquirir una morfología que imita a las hembras de algunos
polinizadores, pueden emitir sustancias químicas similares a las
feromonas de dichas hembras o pueden presentar máculas que
indiquen la posición del néctar. En ocasiones el labelo puede
presentar variación horizontal (labelo lobulado con un lóbulo
central y dos laterales) o transversal (hipoquilo la zona más interna
y epiquilo la zona distal). Asimismo, el labelo puede tener áreas
brillantes (espéculo), callosidades (crestas, quillas u otras
protuberancias) o cierta pilosidad. También es frecuente que
desarrolle un espolón, el cual puede presentar un nectario en su
extremo.
77
CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO ACERAS, ANACAMPTIS Y ORCHIS
Sépalos: laterales patentes. Central de menor tamaño.
Pétalos laterales: semejantes a los sépalos, aunque de menor tamaño. Todos los
sépalos (a veces sólo el central) y los pétalos laterales conniventes en gálea.
Labelo: labelo lobulado, ensanchado en la parte distal y con morfología
antropomorfa. Los lóbulos laterales están más o menos desarrollados y el lóbulo
central puede presentarse entero o dividido en otros dos lóbulos de menor tamaño.
Ginostemo: corto y erecto.
Cavidad estigmática: estigmas trilobados.
Ovario: glabro.
Rostelo: presenta tres lóbulos, el central corto y lameliforme.
Antera: terminal y fija a la columna, con morfología ovoide o elipsoidal.
Polinario: tiene dos polinias separadas, con sus correspondientes retináculos,
caudículas y bursículas bilobadas.
Polen: en tétradas.
Espolón: presentan un espolón de tamaño variable, a veces con néctar. Aceras no
dispone de espolón.
Bráctea basal: más cortas o del mismo tamaño que las flores.
Pedicelo: flores no pediceladas.
78
CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO CEPHALANTHERA
Sépalos: erectos, libres y conniventes en una galea. Laterales iguales. Central más
pequeño.
Pétalos laterales: similares a los sépalos, aunque más pequeños.
Labelo: dividido en epiquilo e hipoquilo. El epiquilo está articulado y adornado con
unas crestas longitudinales amarillo-anaranjadas o parduzcas. El hipoquilo presenta
unos lóbulos redondeados erectos que obliga a los insectos a continuar el trayecto.
Ginostemo: largo.
Cavidad estigmática: estigmas subredondeados.
Ovario: resupinado y con pelos glandulíferos.
Rostelo: indiferenciado.
Antera: terminal y libre.
Polinario: tiene dos polinias, sin retináculos ni caudículas ni bursículas.
Polen: en mónadas.
Espolón: las especies ibéricas no presentan espolón.
Bráctea basal: no envainadoras y más cortas que los ovarios.
Pedicelo: flores no pediceladas o ligeramente pediceladas (sésiles o subsésiles).
79
CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO EPIPACTIS
Sépalos: subiguales, erectos, libres y conniventes en una galea
Pétalos laterales: similares a los sépalos, aunque ligeramente menores. Los pétalos
laterales y el sépalo central se suelen reunir formando un casco.
Labelo: dividido en epiquilo e hipoquilo. El epiquilo es cordiforme, presentando dos
callosidades laterales y puede o no ser articulado. El hipoquilo es cóncavo.
Ginostemo: corto. Su base se encuentra en contacto con la bese del labelo.
Cavidad estigmática: cuadrangular.
Ovario: recto, no resupinado.
Rostelo: largo y globoso, a veces nulo.
Antera: terminal y libre.
Polinario: tiene dos polinias que comparten un retináculo, sin caudículas ni
bursículas.
Polen: en tétradas.
Espolón: no presenta espolón.
Bráctea basal: no envainadoras y más cortas que los ovarios.
Pedicelo: flores pediceladas.
80
CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO HIMANTOGLOSSUM
Sépalos: laterales erectos o patentes, subiguales, soldados en su base y conniventes
en gálea.
Pétalos laterales: semejantes a los sépalos, aunque de menor tamaño.
Labelo: labelo lobulado, ensanchado en la parte distal y con morfología
antropomorfa. Los lóbulos laterales menores al lóbulo central, el cual es largo, algo
retorcido y con dos crestas longitudinales.
Ginostemo: largo.
Cavidad estigmática: estigmas subredondeados.
Ovario: glabro.
Rostelo: presenta tres lóbulos, el central corto y lameliforme.
Antera: terminal y fija a la columna.
Polinario: tiene dos polinias con caudículas unidas por un retináculo hemisférico con
una bursícula simple.
Polen: en tétradas.
Espolón: presentan un espolón corto sin néctar.
Bráctea basal: no envainadoras y con el mismo tamaño que las flores o ligeramente
más largas.
Pedicelo: flores pediceladas.
81
CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO LIMODORUM
Sépalos: libres, no conniventes en una gálea. Laterales iguales y central ligeramente
mayor, que envuelve al ginnostemo.
Pétalos laterales: con la misma coloración que los sépalos, aunque ligeramente
menores.
Labelo: puede ser indiviso o constituido por un hipoquilo y un epiquilo móvil.
Ginostemo: largo.
Cavidad estigmática: estigmas elípticos u ovados-espatulados.
Ovario: recto y no resupinado. Presenta pelos glandulíferos cortos y dispersos por el
ápice.
Rostelo: corto y con forma de cojinete o laminar.
Antera: terminal y libre.
Polinario: tiene dos polinias que comparten un retináculo. No presenta caudículas ni
bursículas.
Polen: en mónadas.
Espolón: descendente, nectarífero y de longitud variable.
Bráctea basal: no envainadoras y más largas que los ovarios.
Pedicelo: flores pediceladas.
82
CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO NEOTINEA
Sépalos: laterales erectos, subiguales, soldados en su base y conniventes en gálea.
Pétalos laterales: semejantes a los sépalos.
Labelo: labelo lobulado, ensanchado en la parte distal y con morfología
antropomorfa. Los lóbulos laterales más cortos que el central lóbulo central.
Ginostemo: corto.
Cavidad estigmática: no uniforme con dos protuberancias. Estigmas unidos en su
base, separándose en forma de “V” en la zona apical.
Ovario: glabro.
Rostelo: presenta tres lóbulos, el central corto y lameliforme.
Antera: terminal y fija a la columna, con morfología ovoide o elipsoidal.
Polinario: tiene dos polinias separadas, con sus correspondientes retináculos.
Caudículas muy cortas y bursículas bilobadas.
Polen: en tétradas.
Espolón: presentan un espolón corto y néctarífero.
Bráctea basal: más cortas que las flores.
Pedicelo: flores no pediceladas.
83
CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO NEOTTIA
Sépalos: similares y libres.
Pétalos laterales: prácticamente iguales a los sépalos, con los que forman una gálea
moderadamente abierta.
Labelo: ensanchado en la parte distal, con 2 lóbulos iguales y con una zona
nectarífera.
Ginostemo: alargado.
Cavidad estigmática: no existe como tal, habiéndose reducido a una zona fértil
femenina que se localiza por debajo de la columna. Estigmas subredondeados.
Ovario: recto, no resupinado.
Rostelo: lingüiforme.
Antera: terminal y libre.
Polinario: tiene dos polinias, sin retináculos ni caudículas ni bursículas.
Polen: en tétradas.
Espolón: no presentan espolón.
Bráctea basal: no envainadoras y muy pequeñas.
Pedicelo: flores pediceladas.
84
CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO OPHRYS
Sépalos: ovales o lanceolados con márgenes revolutos. Los dos laterales idénticos y
el central generalmente de mayor tamaño.
Pétalos laterales: bastante más pequeños que los sépalos. Morfología ovalada,
rectangular o linear, con el margen levemente papiloso a piloso.
Labelo: muy variable. Ensanchado en la parte distal. Suele presentar tres lóbulos
con morfología variable. El lóbulo central es convexo, aterciopelado y con una o
varias manchas brillantes (espéculo). Los laterales triangulares y pequeños.
Ginostemo: extremo romo o apiculado.
Cavidad estigmática: esférica o hemisférica.
Ovario: largo y a veces resupinado.
Rostelo: pequeño.
Antera: terminal y fija a la columna.
Polinario: tiene dos polinias, con dos retináculos y sus correspondientes caudículas:
Presenta bursículas simples, apoyadas o protegidas por la columna.
Polen: estructurado en trétadas.
Espolón: no presentan espolón.
Bráctea basal: mayoritariamente envainadoras y más largas que los ovarios.
Pedicelo: flores sésiles o ligeramente pediceladas.
85
CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO SERAPIAS
Sépalos: unidos por los márgenes y formando un casco o gálea. El sépalo central es
más grande que los laterales.
Pétalos laterales: similares a los sépalos, aunque más pequeños.
Labelo: dividido en epiquilo e hipoquilo. El epiquilo es triangular u ovado-
lanceolado, no articulado y con una zona media con algo de pilosidad. El hipoquilo
es cóncavo, con lóbulos laterales erectos y con una o dos callosidades.
Ginostemo: largo.
Cavidad estigmática: delimitada por un callo de morfología variable. Estigmas
redondeados.
Ovario: recto, no resupinado o ligeramente retorcido.
Rostelo: pequeño.
Antera: dorsal y fija a la columna.
Polinario: tiene dos polinias que comparten un retináculo, con caudículas y
bursículas simples.
Polen: en tétradas.
Espolón: no presenta espolón.
Bráctea basal: envainadoras y más largas que los ovarios.
Pedicelo: flores no pediceladas.
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CARACTERÍSTICAS DE LAS FLORES DEL GÉNERO SPIRANTHES
Sépalos: erectos y libres. Laterales iguales. Central más pequeño.
Pétalos laterales: de igual coloración que los sépalos, aunque ligeramente menores
a ellos. Tanto los sépalos como los pétalos laterales forman una especie de tubo.
Labelo: indiviso, corto y ensanchado en el ápice, con el margen habitualmente
festoneado y curvado. No presenta callosidades ni crestas, aunque muestra una zona
nectarífera.
Ginostemo: corto.
Cavidad estigmática: estigmas subredondeados.
Ovario: corto, recto y no resupinado.
Rostelo: bífido.
Antera: dorsal y libre, oculta por el rostelo.
Polinario: tiene dos polinias que comparten un retináculo, sin caudículas ni
bursículas.
Polen: en tétradas.
Espolón: no presentan espolón.
Bráctea basal: envainadoras y de longitud similar a la de los ovarios.
Pedicelo: flores ligeramente pediceladas.
87
FRUTOS
Cuando el ovario ha sido fecundado, este se engrosa adquiriendo una morfología en
forma de cápsula dehiscente que denominamos fruto. Tras la maduración, la cápsula se abre
por tres o seis aberturas longitudinales a lo largo de los carpelos (no en la soldadura de
éstos), liberando así las semillas al exterior. Todos los frutos de las orquídeas ibéricas son
secos, aunque existen algunos taxones tropicales con frutos carnosos (p.ej. la vainilla).
Frutos inmaduros de Epipactis sp. Fruto abierto de Ophrys lutea Fruto y flor de Anacamptis gr. morio
SEMILLAS
Cuando los frutos se abren liberan al exterior miles de semillas, con pequeño tamaño
(0,08 - 5 milímetros) y un ínfimo peso (1 - 22 microgramos), hecho que posibilita que sean
fácilmente transportadas por el viento (dispersión por anemocoria). Excepcionalmente, en
algunos géneros con frutos carnosos (no ibéricos), se ha detectado la participación en la
dispersión de animales, proceso conocido como zoocoria. La morfología de las semillas es
variable, existiendo formas elípticas, redondas, globulares, filiformes (apariencia de hilo),
fusiformes (apariencia de huso), mazudas (apariencia de maza) o claviformes (apariencia de
porra). En algunos géneros se observan protuberancias semejantes a alas, que facilitan su
dispersión por el viento. Las semillas están formadas por:
88
Una característica única de las orquídeas es la una ausencia total de endosperma
(estructura de almacenaje de nutrientes usada por el embrión durante la germinación). Esto
conlleva que la germinación de las semillas de las orquídeas requiera de la participación de
hongos simbióticos que suministren carbohidratos en las primeras etapas de desarrollo.
Tanto por su ínfimo peso como por su considerable número, las orquídeas muestran una
elevada dispersión en el medio, llegar a cubrir distancias de decenas e incluso centenas de
kilómetros. Evolutivamente, estos hechos les aportan ventajas en la conectividad de
poblaciones y en la colonización de áreas nuevas. Sin embargo, esta reducción de tamaño ha
conllevado también una drástica merma de la cantidad de tejido nutritivo en las semillas,
fenómeno que las obliga a un compromiso con hongos en la germinación y primeras etapas
de crecimiento. Es por ello por lo que, a pesar del elevado número de semillas generadas,
sólo unas pocas logran alcanzar con éxito la etapa madura. Para ello, inicialmente necesitan
depositarse sobre un sustrato idóneo, el cual disponga de las características edáficas
apropiadas que requiera la orquídea. Seguidamente, es necesario que concurran las
condiciones microclimáticas adecuadas. Finalmente, en el sustrato debe existir una serie de
hongos micorrícicos, los cuales puedan establecer relaciones simbióticas que permitan el
correcto desarrollo de la orquídea durante los primeros estadios de crecimiento.
89
INTRODUCCIÓN
La polinización es un proceso esencial en el mantenimiento de la viabilidad y la
diversidad genética, en el que se produce una transferencia de polen desde el órgano
reproductor masculino (estambre) hasta el órgano reproductor femenino (estigma),
fecundando así los óvulos de la flor. Por consiguiente, se produce la formación de los frutos
y semillas. La fecundación genera que el pistilo de la flor se convierta en fruto, mientras que
los óvulos se transforman en semillas.
A pesar de que la polinización puede ser llevada a cabo tanto por vectores bióticos
(animales) como abióticos (agua o viento), en la gran mayoría de angiospermas (plantas con
flores) la polinización es realizada por los primeros. Sin embargo, son los insectos los
animales que por excelencia realizan esta labor, siendo las abejas los que sobresalen por su
alta eficiencia. Esta polinización realizada por insectos es conocida como “polinización
entomófila” y adquiere su máximo exponente de sofisticación en la familia de las orquídeas.
91
El proceso de polinización atrajo la atención de uno de los científicos que más
trascendencia ha tenido en el pensamiento biológico, Charles Darwin (1802-1882), que
publicó en 1862 el libro titulado “Diversos artificios mediante los cuales las orquídeas son
polinizadas por insectos” (traducido al castellano en 2007, bajo el título “La fecundación de
las orquídeas”). Con esta investigación Darwin quiso reforzar su teoría de la Selección Natural
(expuesta en “El origen de las Especies”, 1857), “…pues incluso estas plantas tan
extraordinarias podían ser explicadas como resultado de adaptaciones evolutivas”.
Movimiento de los polinios pasando de la posición vertical a casi horizontal en pocos minutos
Fue Darwin precisamente el que observó, estudiando especies del género Orchis, que
los polinios son extraídos por los insectos casi verticalmente y en esa posición se mantienen
unos minutos pegados en el cuerpo del insecto, doblándose luego (probablemente por
deshidratación), hasta alcanzar una posición casi horizontal con la que ya pueden contactar
con el estigma de otra flor y fecundarla. Si la visita a otra flor se realiza antes de que los
polinios se curven, no se produciría la fecundación.
92
MECANISMOS DE POLINIZACIÓN EN LAS ORQUÍDEAS
Las orquídeas exhiben diversos mecanismos de polinización. Entre ellos:
ORQUÍDEAS NECTARÍFERAS
El néctar es una solución acuosa, rica en aminoácidos y azúcares, segregada por algunas
especies vegetales. Mayoritariamente se presenta en las flores, sirviendo como reclamo y
recompensa para las especies animales que realizan la polinización. En las orquídeas, este
líquido azucarado puede encontrarse en diferentes posiciones de la flor:
Orquídeas con néctar en el fondo del espolón. En este tipo, los insectos necesitan
de estructuras que les permitan llegar hasta el extremo del espolón para obtener el
néctar. Durante este proceso, los polinios de la orquídea se quedan adheridos al
insecto (normalmente a la cabeza), y pueden así ser transportados de flor en flor.
Un ejemplo muy descriptivo se presenta en Anacamptis coriophora, orquídea que es
polinizada por abejas (Apis mellifera), abejorros (Bombus ssp.), etc.
Orquídeas con néctar en el labelo. En este tipo, el néctar se encuentra en forma
de pequeñas gotitas repartidas por el labelo. Como el labelo es una estructura
expuesta al exterior, las orquídeas que presentan esta disposición (p.ej. Neottía
nidus-avis, Aceras anthropophorum y Epipactis sp.), resultan más atractivas para una
amplia variedad de insectos. Como curiosidad, en el género Epipactis, se ha
descubierto recientemente un efecto narcótico del néctar que, transformado
parcialmente en etanol, afecta a la movilidad de los polinizadores.
Anacamptis fragrans posee espolón nectarífero Gotitas de néctar en labelo de Neottia nidus-avis
93
Engaño de Dactylorhiza elata a un polinizador Orchis langei posee un espolón sin néctar
94
Mariposa sobre Anacamptis collina Orchis italica con insecto díptero
95
ORQUÍDEAS QUE OFRECEN REFUGIO
Son muchos los insectos que buscan refugio en flores para pasar la noche o cobijarse del
tiempo cambiante de algunos días primaverales (chaparrones, viento). Las especies del
género Serapias son el mejor ejemplo de esta adaptación. Sus piezas florales aparecen en
disposición tubular, semejando un pequeño cobertizo o nido de abejas, en el que se puede
meter el insecto para refugiarse. En el interior la temperatura puede llegar a ser hasta de
3ºC superior al exterior. Los insectos prueban varios de estos cobijos antes de quedarse
definitivamente en uno. En cada visita, los insectos se llevan adheridos a su cuerpo los
polinios, por lo que participan pasivamente en la polinización cuando visitan otra flor.
Serapias cordigera con insecto Oxythyrea funesta en Serapias lingua El mismo coleóptero emprendiendo
(Eucera spp.) el vuelo con un polinio en una de sus
patas
96
En algunas especies, como Serapias lingua, se ha descubierto la emisión de sustancias
similares a las feromonas de las hembras del insecto que la poliniza, unas pequeñas abejas
de la especie Ceratina cucurbitina. Incluso parece haber una imitación morfológica del
insecto ya que la callosidad de la flor es similar en su forma, tamaño y color al abdomen de
las Ceratinas. Nosotros hemos podido comprobar en una ocasión como una de estas abejas
salía del labelo con los polinios sobre la cabeza y volaba hacia otras flores donde intentaba
quitarse los molestos polínios sin éxito, manteniéndose en la zona durante más de 15 minutos
en los que sólo se posó en flores de S. lingua, a pesar de que había otras especies de plantas
en floración.
97
POLINIZACIÓN POR ENGAÑO SEXUAL
De todas las orquídeas villuerquínas, las que muestran un mecanismo de polinización
más extraordinario son quizás las especies del género Ophrys. Este género, el cual carece de
espolón y no produce néctar, tampoco tiene estructuras florales que se conformen para dar
cobijo a los insectos. Sin embargo, el género Ophrys muestra un gran labelo convexo de
elevado grado de polimorfirmo. Con aspecto aterciopelado y de colores variados, el labelo
se asemeja en su conjunto al dorso de un insecto.
En el siglo XIX, Darwin, dedicó mucho tiempo a estudiar este género realizando grandes
descubrimientos sobre la fecundación en esta familia botánica, aunque no llegó a
comprender el fenómeno de polinización que ocurre en este género. Refiriéndose a Ophrys
insectifera, escribió: “es sorprendente que las flores no hayan sido provistas de mayor
atractivo para los insectos. Algo parece no funcionar bien en su mecanismo de polinización
o en sus circunstancias”. Posteriormente, en 1916, el francés Pouyanne, aficionado que pasó
más de 20 años estudiando las orquídeas de Argelia, fue el primero en comprobar que O.
speculum era visitada sólo por machos del insecto Dasycolia ciliata. Como él sabía que esta
especie no produce néctar, supuso que el labelo imitaba la forma de la hembra de esta
avispa. Unos años después, en 1925, Godfery observó una relación similar entre O.
arachnitiformis y el insecto Colletes cunicularis.
98
En 1961, el entomólogo sueco Kellemberg, comprobó que las flores de este género
producen sustancias volátiles similares a las que emiten las hembras de insectos (feromonas)
y que sirven para atraer a los machos. Es por ello por lo que, en el género Ophrys se produce
una polinización por engaño sexual, atrayendo a sus polinizadores mediante señales olfativas,
visuales y táctiles. Concretamente, el labelo adopta la forma y el aspecto de las hembras de
diversos insectos, generalmente himenópteros. Para ello, este aparece adornado de pelos y
callosidades de diversos colores, logrando así un aceptable parecido con los peludos cuerpos
de abejas, abejorros y avispas. Por otro lado, las flores emiten feromonas que son el estímulo
principal de atracción. Además, estas orquídeas suelen florecer coincidiendo con la eclosión
de los machos de ciertas especies de insectos. Como las hembras de estos insectos no lo
hacen hasta unas semanas después, las flores no compiten con ellas por la cúpula. Parece
que la disposición de los pelos, la presencia o ausencia en el labelo de pseudo-ojos y la forma
de la mácula (muy reflectante), indican al polinizador cómo debe situarse en el labelo. Esto
permite diferenciar dos tipos de pseudocópula:
Pseudocópula cefálica. Es aquella en la que el insecto se coloca sobre el labelo con
la cabeza orientada hacia el ginostemo. Dada la posición del insecto, los polinios se
pegan en su cabeza. Es propia de especies como O. tenthredinifera, O. speculum, O.
scolopax, O. bombyliflora, O. ficalhoana y O. incubacea entre otras.
Pseudocópula abdominal. En este tipo, el insecto se posa sobre el labelo e
inmediatamente se da la vuelta y sitúa el abdomen hacia la cavidad estigmática con
lo que los polinios, en el intento de cópula, se adhieren al abdomen. Ocurre en
especies como O. lupercalis, O. dyris, O. fusca y O. lutea entre otras.
Macho de Eucera realizando pseudocópula cefálica Macho de Eucera con polinios de Ophrys
con flores de Ophrys tenthredinifera tenthredinifera adheridos a la cabeza
99
Pseudocópula abdominal en O. lupercalis (Fotografía de M.ª Carmen Casas)
100
Toda la flor de Ophrys representa una escena,
la de una hembra alimentándose de una flor
en la que el labelo es el cuerpo de la hembra,
siendo el resto del perianto (sépalos y pétalos)
la flor sobre la que se está alimentado.
101
ORQUÍDEAS QUE SE AUTOFECUNDAN
Las diferentes estrategias de polinización que hemos visto aseguran casi por completo
la polinización cruzada o alogamia (transporte de polen de una planta a otra), esencial para
mantener la diversidad genética de las especies. Sin embargo, hay especies de orquídeas en
las que cada flor puede polinizarse a sí misma, proceso conocido como autogamia. La
autogamia asegura la descendencia a menor coste, pero tiene la desventaja de presentar
una menor plasticidad adaptativa (capacidad reducida de hacer frente a los cambios del
medio ambiente). Para evitar la autogamia, algunas especies muestran barreras morfológicas
(presencia de rostelo) o genéticas que impiden la autofecundación. La gran mayoría de las
especies ibéricas son alógamas, aunque en circunstancias especiales pueden autofecundarse.
En Ophrys apifera, por ejemplo, si ningún insecto poliniza la flor, antes de marchitarse, los
polinios caen por gravedad en el estigma fecundándose.
En la anterior especie se
puede ver como los ovarios
comienzan a engrosarse antes de
que las flores se abran
completamente, proceso
conocido como cleistogamia. Lo
mismo ocurre en algunas
Serapias como S. perez-chiscanoi
y S. parviflora, donde hay
autofecundación antes de que
las flores se abran.
102
FALSOS POLINIZADORES: ARAÑAS QUE UTILIZAN ORQUÍDEAS PARA CAZAR
INSECTOS
El hecho de que las orquídeas sean muy visitadas por insectos hace que algunas especies
de arañas, especialmente las denominadas arañas cangrejo, se instalen en ellas para
alimentarse de los posibles polinizadores. Las arañas, escondidas o mimetizadas con las
flores, esperan con paciencia a los insectos para intentar capturarlos. Este método lo hemos
observado en especies de Dactylorhiza, Anacamptis, Cephalanthera, Ophrys y Serapias.
103
INTRODUCCIÓN
La reproducción es un proceso biológico que permite la formación de nuevos individuos
y con ello, la perpetuación de una especie en el tiempo y en el espacio. Al igual que la
mayoría de las plantas, la reproducción de las orquídeas se puede realizar tanto por vía
asexual como por vía sexual. Sin embargo, las consecuencias evolutivas y la garantía de éxito
en cada tipo difieren notablemente.
Mayor capacidad de dispersión. Interconecta Dispersión muy limitada (excepto apomixis), sólo
poblaciones y coloniza nuevas áreas cercana al área donde se ubica la planta madre
Es mucho más lenta. La planta adulta Es mucho más rápida. La planta adulta
(fotosintética) tarda varios años en desarrollarse (fotosintética) se genera al año siguiente
105
REPRODUCCIÓN SEXUAL
Al igual que en los animales, la
reproducción sexual en las orquídeas
requiere de la unión de dos gametos, uno
femenino y otro masculino. Como ambos se
encuentran separados espacialmente en las
estructuras florales, es necesario la
transferencia del polen desde los estambres
hasta el estigma, mediante la polinización.
Tras este proceso, el ovario se fecunda,
engrosando y formando el fruto, una
estructura que encierra las semillas. Tras el
proceso de apertura espontánea del fruto
(dehiscencia), las semillas estarán aptas
para su dispersión. Cuando una semilla se
deposita en una ubicación idónea, esta
podrá germinar y crear una nueva planta.
Como las orquídeas son especies monoicas (ambos sexos se presentan en una misma
planta), la vía sexual puede o no conllevar variación genética. Mayoritariamente, la
fecundación del ovario se origina mediante polinización cruzada o alogamia. Por lo tanto, si
ambas plantas no son genéticamente iguales, la polinización cruzada crea individuos
genéticamente nuevos, aumentando con ello la variabilidad genética de la población. Sin
embargo, tal y como habíamos expuesto en capítulos anteriores, en ocasiones de produce la
fecundación del ovario a través de la autopolinización o autogamia, por lo que las semillas
originadas tendrán el mismo material genético que la planta madre.
Existen diferentes condicionantes en el proceso reproductor por vía sexual. En primer
lugar, la incidencia de la meteorología es vital, tanto en el desarrollo de la planta, flor y
fruto, como posteriormente, en el proceso de germinación de la semilla y establecimiento
de la nueva plántula. En segundo lugar, el proceso de polinización. Finalmente, son
esenciales que las características del sustrato donde se deposita la semilla sean idóneas, y
que además disponga de los hongos simbiontes que permiten la correcta germinación.
106
REPRODUCCIÓN ASEXUAL
La reproducción asexual, también
denominada multiplicación vegetativa, es
un proceso mediante el cual se crea una
nueva planta a partir de un tejido u órgano
inicial perteneciente a la planta madre.
Esto se debe a que distintas partes del
cuerpo de una planta, bajo determinadas
condiciones de crecimiento pueden dar
origen a un individuo completo gracias a la
totipotencialidad embrionaria, es decir, la
capacidad de no solo multiplicarse, sino
también de diferenciarse en distintos tipos
de células para lograr la reconstrucción de
los órganos vegetativos (raíz, tallo y hojas).
107
NUTRICIÓN EN EL REINO VEGETAL
La nutrición es el proceso por el que los organismos vivos obtienen la materia y energía
que necesitan para crear sus propias estructuras y realizar sus funciones vitales. El modelo
más generalizado en las plantas es el que implica la absorción de nutrientes, agua y dióxido
de carbono del exterior, y su posterior conversión a materia orgánica gracias a la energía
que aporta la luz del Sol. Este ciclo anabólico es conocido como fotosíntesis. Por ello, las
plantas son organismos autótrofos, ya que generan su propia materia orgánica, la cual puede
emplearse para construir nuevas estructuras o generar la energía necesaria que sustenta las
funciones vitales. Este último proceso se conoce como respiración celular, siendo un ciclo
catabólico que requiere oxígeno. En las células vegetales, la fotosíntesis se realiza en unos
orgánulos denominados cloroplastos, los cuales contienen pigmentos fotosintéticos que se
encargan de la absorción lumínica. Grosso modo, hay dos clases de pigmentos fotosintéticos:
109
Los hongos del género Clitocybe facilitan la nutrición de Algunas especies del género Russula se asocian con las
ciertas orquídeas durante la emergencia de las semillas orquídeas del género Limodorum durante su etapa adulta
110
Las relaciones hongo-orquídea son bastantes complejas, específicas y variables en el
tiempo, siendo en ocasiones de carácter parásito y en otras, de carácter simbiótico. Además,
las orquídeas pueden utilizar diferentes especies de hongos a lo largo de su vida.
Cuando comienza la germinación de la semilla, el embrión, que es extremadamente
pequeño, empieza a hincharse aumentando considerablemente su volumen. En este
momento las hifas de los de los hongos infectan la semilla, introduciéndose en el interior de
las células del embrión con una apariencia en forma de ovillos. Esta masa inicial de células
y micorrizas se denomina protocormo. En esta etapa, se puede hablar de simbiosis hostil, ya
que inicialmente el hongo accede a la semilla con la intención de consumirla como alimento.
Sin embargo, la orquídea dispone de mecanismos que lo evitan, al digerir de manera
controlada dichos ovillos, obteniendo a cambio los nutrientes y hormonas que promueven el
desarrollo del embrión y la emisión de unos largos pelos protocórmicos.
111
Esquema general de la asociación micorrícica árbol-hongo-orquídea
112
Consecuentemente, dependiendo del estado temporal de la orquídea su nutrición es:
Etapa juvenil. Cuando la orquídea aún no ha emitido la parte aérea, su nutrición
está condicionada por la micorriza, alimentándose de forma heterótrofa a través de
los hongos. En este caso, las orquídeas son micoheterótrofas obligadas.
Etapa adulta fotosintética. Se presenta en la mayoría de las orquídeas europeas. Las
partes aéreas realizan la fotosíntesis y, por ende, las orquídeas producen su propio
alimento. En este caso, se dice que las orquídeas son autótrofas.
Etapa adulta no fotosintética. Debido a ciertos condicionantes ecológicos, un escaso
número de orquídeas apenas contienen pigmentos fotosintéticos, por lo que han
perdido su función fotosintética. Es por ello por lo que estas orquídeas van a suplir
la materia orgánica no obtenida de la fotosíntesis gracias a la asociación micorrícica,
estrategia denominada mixotrófia. Dependiendo de las interrelaciones que tenemos
pueden producirse los siguientes casos.
o Orquídeas micoheterótrofas aclorifíticas: son orquídeas sin pigmentos
fotosintéticos, que se alimentan toda su vida a expensas de la micorriza,
como por ejemplo Neottia nidus-avis.
o Orquídeas semimicoheterótrofas o micoheterótrofas facultativas:
Limodorum abortivum y L. trabutianum son dos orquídeas presentes en el
Geoparque que, a pesar de contener pigmentos fotosintéticos, muestran una
eficiencia fotosintética muy baja. Es por ello por lo que estas especies suplen
dicha carencia a través de las micorrizas.
o Orquídeas parásitas: excepcionalmente, se han observado casos en los que
N. nidus-avis pueden llegar a parasitar ciertas especies vegetales, como el
roble melojo (Quercus pyrenaica) o ciertos hongos saprófitos.
113
Las orquídeas villuerquinas son especies perennes, capaces de vivir varios años y de
florecer anualmente si las condiciones son favorables. Tal y como hemos expuesto en
capítulos anteriores, las orquídeas poseen órganos subterráneos (pseudotubérculos o
rizomas) que les permiten subsistir durante la época desfavorable. Año tras año, la parte
aérea se renueva gracias a una serie de yemas perdurantes que se encuentran asociadas a
los órganos subterráneos. Por lo tanto, las orquídeas presentes en las Villuercas son geófitos
que anualmente pasan por diferentes etapas:
115
Ejemplo de ciclo biológico anual de Anacamptis papilionacea
116
Roseta basal con hojas completamente desarrolladas de Emisión del brote de Dactylorhiza sulphurea en diciembre
Ophrys scolopax en diciembre de 2021 de 2021
117
ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
Aceras anthropophorum
Anacamptis champagneuxii
Anacamptis collina
Anacamptis coriophora
Anacamptis laxiflora
Anacamptis papilionacea
Anacamptis picta
Anacamptis pyramidalis
Cephalanthera longifolia
Cephalanthera rubra
Dactylorhiza elata
Dactylorhiza irenica
Dactylorhiza insularis
Dactylorhiza maculata
Dactylorhiza sulphurea
Epipactis duriensis
Epipactis fageticola
Epipactis helleborine
Epipactis lusitanica
Epipactis tremolsii
Himantoglossum hircinum
Himantoglossum robertianum
Limodorum abortivum
Limodorum trabutianum
Neotinea conica
Neotinea maculata
Neottia nidus-avis
Ophrys apifera
Ophrys bombyliflora
Ophrys dyris
Ophrys ficalhoana
Ophrys lupercalis
Ophrys incubacea
Ophrys lutea
Ophrys picta
Ophrys scolopax
Ophrys speculum
Ophrys tenthredinifera
Orchis italica
Orchis langei
Orchis mascula
Orchis olbiensis
Orchis tenera
Serapias cordigera
Serapias lingua
Serapias lingua duriaei
Serapias parviflora
Serapias perez-chiscanoi
Spiranthes aestivalis
Spiranthes spiralis
Ciclo biológico anual de las orquídeas presentes el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. El color verde indica el periodo
vegetativo mientras que el color rojo indica el periodo de floración
118
Grupo 4. Géneros Dactylorhiza sección Dactylorhizae. Se trata de especies con
pseudotubérculos, los cuales se activan a finales del invierno, emitiendo las hojas en
primavera y floreciendo desde finales de esta estación hasta mediados del verano.
Las hojas se mantienen verdes durante el todo el estío, marchitándose poco a poco
con la llegada del otoño, cuando la planta entra en letargo. Este ciclo biológico es
similar a otras especies vegetales propias de los trampales y turberas, hábitats donde
estas orquídeas se desarrollan y que son propios de latitudes más septentrionales o
de áreas de alta montaña.
119
INTRODUCCIÓN
La biodiversidad es una medida cuantitativa que refleja la cantidad, variedad y
variabilidad de los organismos vivos. La biodiversidad no es estática, sino que es un sistema
en continuo cambio, que resulta a su vez de la evolución de la vida sobre la Tierra. El proceso
evolutivo comprende la creación de nuevas especies, aunque también lleva aparejado la
extinción de otras. Por lo tanto, existen unas tasas de evolución-extinción, las cuales están
en un frágil equilibrio, muy influenciado por factores extrínsecos e intrínsecos.
Es bien conocido que la diversidad biológica que se formó en nuestro planeta por
evolución durante millones de años se está viendo gravemente alterada por la acción
antrópica y por el actual cambio climático. En el siglo pasado, se calcula que la actividad
humana ha aumentado la tasa de extinción de las especies a un ritmo mil veces mayor al
natural. Para ayudar a detener la pérdida de la diversidad, se están adoptando una serie de
estrategias encaminadas a la protección y conservación de las especies más amenazadas y
los ecosistemas donde se desarrollan, concienciando a la vez a la población sobre ello. La
responsabilidad ética debe recaer en todos los ámbitos de la sociedad, desde el nivel
gubernamental hasta el personal. De este modo, reconocer y transmitir el valor de la
biodiversidad es un paso fundamental para garantizar su conservación y uso sostenible.
121
FACTORES DE RIESGO PARA LA CONSERVACIÓN DE LAS ORQUÍDEAS
Por su naturaleza, las orquídeas son plantas potencialmente susceptibles frente a
amenazas. La preferencia por sustratos específicos, la especialización en la polinización y la
obligatoriedad de establecimiento de relaciones simbióticas con hongos las hace muy
vulnerables. Un dato revelador es que, dentro de vegetales, la familia Orchidaceae es el
grupo que acumula un mayor número de especies amenazadas. Sobre un total de 1.769
especies de orquídeas evaluadas, en 2021 la Lista Roja Global de la UICN (Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza) reveló que 831 taxones mostraban algún tipo de
amenazada. Cinco de ellos estaban incluidos en la categoría de “Extinto” y 826 se
encontraban amenazados (204 “En Peligro Crítico”, 404 “En Peligro” y 218 “Vulnerables”).
Diferentes estudios han reportado una serie de amenazas que afectan directamente a
las orquídeas. Entre ellas podemos citar la modificación de los ecosistemas, el comercio
ilegal de orquídeas, la contaminación, el cambio climático, la introducción de especies
invasoras, etc. Estos aspectos pueden afectar individualmente o converger conjuntamente.
Para paliar estas amenazas, los especialistas coinciden en la necesidad de diseñar estrategias
coordinadas en los diferentes ámbitos territoriales que permitan tanto la protección de las
especies, como la conservación de los hábitats donde se desarrollan.
NORMATIVAS DE COMERCIALIZACIÓN A
NIVEL MUNDIAL Y EUROPEO
El tráfico ilegal de orquídeas para su
comercio es una de las mayores amenazas sobre
esta familia. Para poder velar que el comercio
internacional de especímenes de animales y
plantas silvestres no constituya una amenaza para
la supervivencia de las especies, en 1973 se sella
un acuerdo internacional conocido como CITES
(Comercio Internacional de Especies Amenazadas
de Fauna y Flora Silvestres). En la actualidad, 183
países son signatarios de dicho acuerdo, entre los
que se encuentra España. Dentro de este
convenio, siete especies de orquídeas más dos
géneros completos gozan de especial protección.
Sin embargo, ninguna especie europea está
incluida.
Algunas especies del género Psychopsis están
incluidas en los anexos de CITES
122
A pesar de ello, en el ámbito de la Unión Europea, el Reglamento (CE) nº 338/97
(modificado por (UE) 2019/2117), regula el control comercial para 2 especies ibéricas,
Cypripedium calceolus L. y Spiranthes aestivalis (Poiret) L.C.M.Richard, estando la segunda
distribuida en el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. En principio, el resto de orquídeas
silvestres españolas no presentarían ninguna regulación en su comercio, si bien, gracias a las
normativas estatales hay que denotar que tanto la extracción como comercialización estarían
prohibidas. Un aspecto positivo que ha cohibido la comercialización de las orquídeas Ibéricas
es que la inmensa mayoría de especies son difíciles de cultivar debido a su largo periodo de
latencia, su reducido tamaño, la escasa floración, la dificultad de germinación, su lentitud
de crecimiento y la asociación obligada con hongos.
123
LISTAS ROJAS A NIVEL ESTATAL
A nivel estatal existen una serie de documentos técnicos que informan a los gestores
sobre las prioridades de conservación de los taxones. Son las denominadas Listas Rojas, y se
emplean para que las administraciones competentes puedan incorporar a la legislación la
protección de un taxón. La inclusión de una especie en una Lista Roja no significa que se
encuentre protegida. La Lista Roja de la Flora Vascular Española, en su última publicación
(2010), incluyo 5 orquídeas dentro de la categoría “En Peligro Crítico”, 2 “En Peligro”, 5
“Vulnerables”, 3 “Preocupación Menor”. La Adenda 2017, incorpora otras 2 nuevas especies
de orquídeas a la Lista Roja (ver tabla en la siguiente página).
124
LISTA ROJA ESPAÑOLA CATÁLOGO PRESENCIA
REGIONAL DE
ESPECIE
2000 2008 2010 2017 ESPECIES Extremadura Geoparque
AMENAZADAS
Corallorhiza trifida Châtel. EN CR CR
Cypripedium calceolus L. EN EN EN NT
Dactylorhiza cantabrica H. A.
VU VU
Pedersen
Dactylorhiza insularis (Sommier
DD LC LC IE SI SI
& Martells) Landwehr
Dactylorhiza sulphurea (Link)
DD LC LC VU SI SI
Franco
Epipactis phyllanthes G. E.
DD VU VU
Smith
Epipogium aphyllum Sw. CR CR CR
Gymnadenia odoratissima (L.) L.
VU DD CR
C. M. Richard
Himantoglossum metlesicsianum
EN EN EN
(W. P. Teschner) P. Delforge
Nigritella gabasiana Teppner &
DD LC LC
Klein
Orchis canariensis Lindley VU VU VU
Orchis provincialis Balb. ex Lam.
LC
& DC.
Orchis robusta (Stephenson)
CR CR
Gölz & H. R. Reinhard
Orchis spitzelii Saut. ex W. D. J.
CR CR
Koch
Serapias nurrica Corrias VU VU VU
Serapias occidentalis C. & P.
VU VU SI
Venhuis
Serapias perez-chiscanoi Acedo VU NT NT ENE SI SI
Spiranthes aestivalis (Poir.) Rich NT IE SI SI
Cephalanthera rubra (L.) Ric. IE SI SI
Ophrys dyris Maire IE SI SI
Orchis italica Poir. IE SI SI
Orchis langei K. Rich. IE SI SI
Orchis papilionacea L. IE SI SI
Limodorum trabutianum Batt VU SI SI
Neottia nidus-avis (L.) Rich. VU SI SI
Especies de orquídeas incluidas en la Lista Roja Española y en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de
Extremadura. Las siglas corresponden con: CR = En Peligro Crítico; EN = En Peligro; VU = Vulnerable; LC = Preocupación
menor; DD = Datos insuficientes; NT = Casi Amenazado; EPE = En Peligro de Extinción; IE = De Especial Interés. Se indica
también la presencia de ellas en Extremadura y en el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara
125
AMENAZAS SOBRE LAS ORQUÍDEAS EN EL GEOPARQUE
Las orquídeas en Extremadura deben ser consideradas auténticas rarezas botánicas, con
poblaciones globales pequeñas, a pesar de que algunas especies puedan aparecer localmente
abundantes. Muchas de las orquídeas extremeñas sólo crecen sobre terrenos carbonatados,
muy raros en Extremadura y que sólo se encuentran sobre algunas capas de calizas y dolomías
ubicadas en provincia de Badajoz y en menor medida, en la de Cáceres. Recordemos que las
orquídeas, además de ser importantes por sí mismas, como ejemplos de la biodiversidad de
nuestros paisajes, son buenos indicadores del estado de conservación de nuestros hábitats.
Las amenazas para la supervivencia de las orquídeas de nuestros prados, matorrales y
bosques vienen, como casi siempre, de la mano del hombre, fundamentalmente por acciones
que amenazan sus hábitats. Sin embargo, algunos factores naturales también pueden afectar
gravemente algunas de las poblaciones. Para ahondar un poco más en el tema, seguidamente
vamos a describir una serie de afecciones que hemos observado en campo:
Obras públicas. Entre todas ellas vamos a destacar las grandes y pequeñas vías de
comunicación, ya que son fuente de alteración y destrucción de los hábitats. Estas
actuaciones, además de destruir el área donde están trazadas, pueden modificar
puntalmente las condiciones edáficas y microclimáticas en las inmediaciones. Un
buen ejemplo de ello fue la fragmentación y destrucción parcial de una de las
turberas existentes en el valle del Hospital del Obispo y que fue causado por la
construcción de la carretera CC-20.2. Dicha actuación, no sólo eliminó el hábitat por
donde discurre la carretera, sino que también modificó las condiciones freáticas de
la turbera, desecando una importante área al desviar el flujo de agua superficial.
Drenaje de un trampal en el valle de Vieja realizado en 2005. Su ejecución afectó gravemente a una población de
Dactylorhiza elata.
126
Explotaciones industriales. Este tipo de afección elimina la totalidad del hábitat
donde se instalan. Tras el abandono de algunas explotaciones, como las canteras de
roca caliza, se ha observado la proliferación de especies con apetencias basófilas
favorecidas por el incremento del pH en el suelo.
Explotaciones agrícolas. Estas actuaciones modifican notablemente el medio donde
se desarrollan las orquídeas. Hay que distinguir dos tipos. Por un lado, los cultivos
anuales eliminan la posibilidad de asentamiento de orquídeas. Por otro lado, los
cultivos de especies arbóreas, como los castañares u olivares, con el paso del tiempo
pueden crear nuevos hábitats óptimos para las orquídeas. Por ello, los agricultores
deben ejercer prácticas agrícolas no sean agresivas, evitando el uso de herbicidas o
el abonado intensivo que acidifica el suelo.
Explotaciones ganaderas. Una baja carga ganadera puede llegar ser beneficiosa para
las orquídeas, ya que con ella se controla la matorralización. Sin embargo, una
elevada carga imposibilita el correcto desarrollo y floración de las especies.
Captaciones de agua. La extracción o desviación de agua en fuentes y manantiales
tiene efectos muy nocivos sobre las orquídeas que presentan elevados requerimientos
hídricos. Por ejemplo, en algunos puntos de las Villuercas se han observado que
captaciones de agua han provocado la desecación de trampales, hábitats donde
crecían taxones como Spiranthes aestivalis, Serapias lingua y Dactylorhiza elata.
Reforestaciones. Las antiguas reforestaciones que se realizaron en las Villuercas,
llevadas a cabo con pinos y en menor medida con castaños, cambiaron
completamente la fisionomía original de la vegetación. En dichas actuaciones se
utilizó maquinaria pesada, alterando los horizontes edáficos y provocando la
eliminación de las orquídeas que pudieran haber estado instaladas con anterioridad.
Con el paso del tiempo, estas masas forestales han reinvertido el daño inicialmente
causado y han creado nuevos hábitats para las orquídeas.
Animales silvestres. En ocasiones, los pseudobulbos de algunas especies de
orquídeas son intensamente buscados por los jabalís con el fin de alimentarse de
ellos. En su acción, estos animales no solo destruyen las plantas con las que se han
alimentado, sino que también dañan gravemente a las aledañas al levantar el terreno
con sus hocicos. Nosotros hemos visto importantes daños en poblaciones de Ophrys
dyris, Himantoglossum hircinum o Aceras anthropophorum.
Variaciones climáticas. Las orquídeas, al estar ancladas al suelo, no pueden
refugiarse de las inclemencias del tiempo. Hemos observado que las heladas tardías
pueden malograr completamente la floración de especies como Himantoglossum
robertianum. Asimismo, periodos muy secos y cálidos, anteriores a la floración,
pueden truncar el correcto desarrollo de la misma.
127
CONSIDERACIONES ACERCA DE LA NOMENCLATURA CIENTÍFICA
En la familia Orchidaceae, la delimitación entre las diferentes categorías taxonómicas
ha sido desde antiguo objeto de opiniones muy diferentes. Consecuentemente, uno de los
temas más tediosos en lo relativo a las orquídeas es probablemente su nomenclatura. Los
caracteres morfológicos, que hasta hace dos décadas eran los utilizados para discriminación
de especies, presentan una elevada variabilidad a nivel de taxón, exhibiendo muchas veces
formas locales estables que han sido suficientes para separar nuevas especies. A ello se añade
que, los últimos avances en biología molecular han provocado una importante restructuración
taxonómica. Es por ello por lo que dependiendo de las fuentes de datos utilizada podemos
observar disparidades a la hora de designar un taxón. Para facilitar la comprensión al lector,
vamos a hacer una breve explicación de cómo funciona el sistema de clasificación
taxonómica.
Las orquídeas, al pertenecer al reino Plantae, deben seguir las normas recogidas en el
Código Internacional de Nomenclatura de Algas, Hongos y Plantas. Este código se basa en
una serie de principios, artículos, reglas y recomendaciones:
- Para que los nombres científicos sean válidamente considerados, el nombre, la
descripción y la ubicación del ejemplar tipo deben publicarse en una revista científica
con revisión por pares, conservando además un ejemplar en una colección o herbario.
- Sólo será válido el nombre que se publicó por primera vez, con la excepción de nombres
que se consideran válidos por razones de práctica (nomina conservanda).
- El nombre científico asignado al taxón depende de la categoría taxonómica a la que
pertenezca. Dicho nombre científico debe estar en latín o estar latinizado.
- Para la categoría de especie los nombres son binominales. La primera palabra
corresponde con el género mientras que la segunda es la que caracteriza a la especie.
- Para los niveles superiores a la categoría de especie, se utiliza un nombre uninominal.
- Para especímenes con características comunes pero que se distinguen de otros incluidos
en una especie (categorías infraespecíficas) se añade un tercer nombre que designa la
“subespecie”. Los rangos taxonómicos inferiores a subespecie se engloban en
“variedad”, y por debajo de esta subcategoría se agrupan en “forma”.
129
CONCEPTO ESPECIE
En el sentido moderno, la especie como unidad
taxonómica, fue propuesta por primera vez por John Ray
(1627-1705) en la obra Historia Plantarum. Carlos Linneo
(1707-1778), recogió dicha categorización, incorporándola
en su obra Species Plantarum, siendo esta el punto de
partida de la nomenclatura botánica que se usa hoy en día.
En dicha obra, Linneo propuso un sistema sencillo de
clasificación, basado en los caracteres de la flor, que
resultó ser muy práctico. En siglos posteriores, diferentes
caracteres morfológicos más allá de los de las flores van
siendo incorporando en las clasificaciones sin que ninguno
de ellos llegue a estar colectivamente aceptado. Ya en el
siglo XXI, diferentes autores proponen reemplazar la
Ophys apifera
taxonomía tradicional por un método basado en el uso los
análisis genéticos.
Sin embargo, hoy en día la idea de especie sigue siendo bastante heterogénea, por lo
que encontramos diversas definiciones:
Especie morfológica, clásica o linneana. En ella se define una especie como un
“grupo de individuos que deben ser definibles sobre una base morfológica”.
Especie biológica. Es el más termino más aceptado por los sistemáticos o taxónomos
actuales, pero no es el más empleado. Se define “especie” como “Grupos de
poblaciones naturales entrecruzables que están aislados reproductivamente de otros
grupos”. Esta definición no es aplicable a organismos que tienen reproducción
asexual o a aquellos en los que se dan hibridaciones espontáneas y frecuentes, tal y
como ocurre en las orquídeas.
Especie genética. Se basa en la distinción por diferencias o distancia genética entre
poblaciones o grupos de poblaciones. A pesar de que como ejercicio teórico parece
una definición positiva, es inviable su uso a gran escala.
Especie evolutiva. Se define una especie como “un linaje que evoluciona
separadamente de otro, con sus propias tendencias y rol evolutivo unitario”. Esta
definición exige un conocimiento profundo de la filogenia del grupo en estudio, por
lo que resultaría difícil su aplicación práctica.
Especie cladística. Define la especie como “único linaje de poblaciones de
organismos descendientes de un ancestro que mantiene su identidad ante otros
linajes y tiene su propia tendencia evolutiva y destino histórico”.
130
Con lo expuesto anteriormente se observa que no
existe un consenso estricto para la delimitación de especie,
y más paradójico, aún se sigue planteando la duda si el
término “especie” además de ser una categoría
taxonómica, es también una unidad tangible y una entidad
biológica real. Por ello se plantean dos hipótesis:
Hipótesis realista. Los defensores sostienen que
los grupos taxonómicos asignados a especie tienen
una realidad natural y existencia objetiva, con
independencia de la mente humana.
Hipótesis nominalista. Los defensores sostienen
que las especies son ficciones, construcciones
utilitarias de la mente humana, sin existencia
Ophys apifera var. almaracensis objetiva, siendo entidades artificiales.
Como síntesis de todo esto, debemos concluir que si lo que queremos es saber si existe
algún método irrefutable que pueda ser aplicado para la determinación y discriminación de
las especies, hemos de reconocer que tal método no existe. Sin embargo, ante una sociedad
que demanda una catalogación de los seres vivos práctica y correcta, la comunidad científica
tendrá que continuar describiendo las especies de un modo pragmático, intentando dividir y
nombrar la diversidad biológica en unidades coherentes que puedan ser reconocidas.
Lo expuesto en esta sección ha sido extraído del discurso de D. Santiago Castroviejo
sobre “De familias, géneros y especies. La eterna búsqueda de la estabilidad en la
clasificación biológica”, leído en el acto de su recepción como Académico de Número de la
Real Academia De Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En dicho discurso, el autor expone
que la posición más correcta es aquella que simplemente busca un criterio práctico para
describir y nombrar la biodiversidad, por lo que apoya claramente el uso de la especie
morfológica como única forma de continuar con la tarea de describir lo desconocido.
Basándonos en la experiencia tanto en campo como en gabinete, en este trabajo
nosotros hemos decidido optar por la separación de especímenes en entes independientes
cuando éstos tienen claras diferencias morfológicas y/o de requerimiento de hábitats, estas
variaciones se mantienen constantes en un rango espacial y las hibridaciones que se pudieran
producir son muy esporádicas. Adicionalmente, las diferentes separaciones taxonómicas que
hemos utilizado están respaldadas bibliográficamente con diferentes estudios, entre los que
destacamos el trabajo “Revisión de la familia Orchidaceae en Extremadura” (Vázquez,
2009).
131
DIVERSIDAD DE LAS ORQUÍDEAS DE EXTREMADURA
Extremadura puede presumir de tener una de las mejores cubiertas vegetales de toda
España, con extensas áreas ocupadas por formaciones forestales y dehesas que llegan a
ocupar el 47 % del territorio. La baja densidad poblacional unida a prácticas agrícolas poco
agresivas ejerce un efecto positivo en el medio natural, conservándolo en muy buen estado.
Sin embargo, el número de especies vegetales inventariadas en Extremadura no es tan rico
como se pudiera presumir. Unas 2.100 especies de plantas están presentes en Extremadura
frente a las 7.500 que aproximadamente se encuentran en España. Esta pobreza florística
contrasta con áreas más diversas, como el extremo este peninsular o la cornisa cantábrica.
Las razones que pueden explicar esta situación podrían estar relacionados con los sustratos
ácidos dominantes en Extremadura, mucho más pobres en diversidad florística que los
desarrollados sobre rocas básicas.
Sorprendentemente, desde el punto de vista de diversidad en orquídeas, Extremadura
exhibe un elevado número de taxones. De las 90 especies que se localizan en la Península
Ibérica, 57 especies diferentes (132 taxones si incluimos subespecies, variedades y formas),
se han encontrado en Extremadura. Este dato representa el 60 % del total de orquídeas
ibéricas, lo que supone un importantísimo número. De los 26 géneros presentes en la
península Ibérica, Extremadura alberga 13 géneros. Dicha riqueza parece estar relacionado
con diferentes aspectos:
- En primer lugar, el elevado grado de
conservación de la floresta ejerce un efecto
positivo en la distribución de orquídeas, ya
que tal y como habíamos expuesto en
capítulos anteriores, las orquídeas son
bioindicadores de calidad del ecosistema.
- En segundo lugar, en Extremadura
encontramos diseminados ciertos hábitats
propicios para el desarrollo de un gran
número de especies basófilas, como las
capas de dolomías-calizas o ciertos
depósitos terciarios ricos en carbonatos.
- En tercer lugar, hay que destacar que la
región cuenta con un amplio interés
orquideológico, y que se ha traducido en
diversas publicaciones, las cuales
trataremos en capítulos finales.
Cistus albidus es una especie indicadora de suelos
ricos en carbonatos
132
METODOLOGÍA PARA LA CATALOGACIÓN DE ORQUÍDEAS EN EL GEOPARQUE
Para la confección del catálogo de orquídeas, inicialmente se llevó a cabo una revisión
bibliográfica pormenorizada de la literatura florística y corológica de la familia Orchidaceae
en el área de estudio, que se circunscribe a la delimitación geográfica del Geoparque
Villuercas-Ibores-Jara. Conjuntamente, se recabó la información almacenada en bases de
datos electrónicas tanto de herbarios como de citas bibliográficas incluidas en las webs
“Programa Anthos” (http://www.programanthos.org), GBIF (https://www.gbif.es) o
“Proyecto Orquídea” (https://proyectoorquidea-extremadura.blogspot.com/), así como
citas personales tanto propias como de expertos. Toda la información resultante se contrastó
y se georreferenció, trasladándose posteriormente a mapas cartográficos.
Una vez ubicadas las zonas con presencia de orquídeas, se visitaron los emplazamientos
y se comprobó in situ su presencia. Paralelamente, se fueron prospectando nuevas áreas para
detectar nuevas localizaciones, haciendo hincapié en lo que denominamos “puntos
calientes”, como pueden ser los afloramientos carbonatados o áreas encharcadas. Los
trabajos de campo se han prolongado durante cinco años, cubriendo la totalidad de las
cuadrículas UTM del área de estudio.
Ejemplo de mapa con áreas óptimas para la localización de orquídeas de carácter basófilo
133
Mapa de áreas carbonatadas presentes en el área de estudio. Dichas zonas son óptimas para el desarrollo de orquídeas
basófilas
134
Mapa de diversidad de orquídeas del Geoparque representando el número de especies catalogadas en cada cuadrícula
UTM 10 km x 10 km. Los números indican el total de taxones encontrados
135
ESPECIES INVENTARIADAS EN EL GEOPARQUE
El vasto trabajo que se ha realizado, tanto de campo como de gabinete, ha puesto de
manifiesto la elevada importancia orquideológica del Geoparque-Villuercas-Ibores-Jara.
Probablemente, el área estudiada exhibe una de las mejores representaciones de la familia
Orchidaceae en la Península Ibérica. En total se han localizado 50 especies, lo que representa
el 88 % del total conocido en Extremadura y el 56 % de la península Ibérica. Varias cuadrículas
UTM 10 km x 10 km engloban más de 20 especies diferentes, incluso existe una que alcanza
las 33 especies, por lo que pueden considerándose verdaderos ‘hotspots’ o puntos calientes
de diversidad de orquídeas a nivel peninsular. Aspectos como el elevado grado de
conservación de la foresta, la incursión de pequeños enclaves con sustratos básicos dentro
de un mundo mayoritariamente silíceo, la transición climática entre el mundo mediterráneo
y el atlántico, una agricultura sostenible con el medio y un rango altitudinal elevado, pueden
estar detrás de la elevada diversidad encontrada.
Se considera que la familia Orchidaceae está formada por 5 subfamilias: Apostasioideae,
Cypripedioideae, Epidendroideade, Orchidoideae, y Vanilloideae. Todos los taxones
encontrados en el Geoparque están integrados dentro de la subfamilia Orchidoideae, que se
caracteriza por presentar hojas planas y flores con una antera donde el polen se aglutina en
polinias. Asimismo, la subfamilia Orchidoideae se subdivide en órdenes, subórdenes y
géneros. Las especies de orquídeas encontradas en el Geoparque son:
Orden Neottieae
Suborden Limodorinae Suborden Neottinae
Género Cephalanthera Género Neottia
C. longifolia Neottia nidus-avis
C. rubra
Género Epipactis
E. duriensis
E. fageticola
E. helleborine
E. lusitanica
E. tremolsii
Género Limodorum
L. abortivum
L. trabutianum
136
Orden Diurideae
Suborden Spiranthinae
Género Spiranthes
S. spiralis
S. aestivalis
Orden Neottieae
Suborden Orchidinae
Género Aceras Género Ophrys
A. anthropophorum O. apifera
O. bombyliflora
Género Anacamptis
O. dyris
A. champagneuxii
O. ficalhoana
A. collina
O. lupercalis
A. coriophora
O. incubacea
A. laxiflora
O. lutea
A. morio
O. picta
A. papilionacea
O. scolopax
A. picta
O. speculum
A. pyramidalis
O. tenthredinifera
Género Dactylorhiza
Género Orchis
D. elata
O. italica
D. irenica
O. langei
D. insularis
O. mascula
D. maculata
O. olbiensis
D. sulphurea
O. tenera
Género Himantoglossum
Género Serapias
H. hircinum
S. cordigera
H. robertianum
S. lingua
Género Neotinea S. parviflora
N. conica S. perez-chiscanoi
N. maculata
137
CLAVES DICOTÓMICAS
Las claves dicotómicas son una herramienta muy útil para la identificación de
organismos. Generalmente se basan en caracteres morfológicos (macroscópicos o
microscópicos), aunque a veces otros caracteres, como pueden ser los fenológicos, hábitats,
etc. Las claves dicotómicas se organizan en una serie de secuencias o pasos concatenados
por relaciones numéricas. En cada paso se ofrecen dos opciones o alternativas (generalmente
contrapuestas) y que nos indican una cualidad del carácter estudiado (p.ej. Opción A: Flor
de color blanco; Opción B: Flor de color rosa). Para continuar debemos de elegir la opción
más acorde con el espécimen de estudio, la cual nos enlazará con el siguiente paso.
Avanzando secuencialmente llegaremos a la identificación deseada (especie, género, familia
o cualquier otra categoría taxonómica).
El manejo de las claves dicotómicas es sencillo, aunque hay que tener especial cuidado
en seguir el orden lógico e identificar bien los caracteres que se detallan. Los principios
generales a la hora de emplear una clave son los siguientes:
1. Todos los pasos están ordenados mediante un número en el margen izquierdo. Cada
número consta de dos opciones opuestas que se excluyen mutuamente. A la vista del
ejemplar, se escoge una de las dos opciones, la cual tendrá a la derecha una
correspondencia con un número nuevo.
2. Seguidamente buscamos el nuevo número en la izquierda de la clave.
3. Una vez localizado, avanzamos hacia las dos opciones que engloba, eligiendo una de
ellas, la cual estará asociada a otro número.
4. Repetimos el proceso tantas veces como sea necesario hasta llegar a una opción, en
la cual se indique el nombre científico, el género, la familia o cualquier otra
categoría taxonómica.
5. Es común encontrar varias claves relacionadas. La primera versará sobre un nivel
taxonómico superior (p.ej. género), mientras que las restantes alcanzarán niveles
taxonómicos inferiores (p.ej. especie).
6. Ante la elección errónea de una alternativa, las siguientes opciones propuestas
generalmente no se ajustan al espécimen estudiado, lo que nos está indicando que
el camino en el que nos encontramos es erróneo. Si esto ocurre, hay que remontarse
hasta la opción incorrecta y elegir la contraria.
Para la identificación de los taxones de orquídeas localizados en el Geoparque
Villuercas-Ibores-Jara, hemos realizado una clave dicotómica general a nivel de la familia
Orchidaceae. Con esta clave se identifica el nivel de género. Adicionalmente, existen otras
diez claves diferentes, que se usaran para la determinación de los taxones incluidos en los
distintos géneros (siempre que el género este representado por dos o más especies).
138
Familia Orchidaceae
Plantas sin hojas o éstas están reducidas a escamas 2
1
Plantas con hojas de color verde bien desarrolladas 4
Planta amarillenta Neottia nidus-avis
2
Planta predominantemente violácea a verde-violácea 3. Género Limodorum
Labelo dividido por un estrangulamiento en un hipoquilo basal
5
4 y un epiquilo apical con aspecto de corazón o lengua
Labelo no dividido en dos partes 16
Flores pediceladas. Hipoquilo con néctar 6. Género Epipactis
5
Flores sésiles. Hipoquilo sin néctar 10
Brácteas de color diferente a los sépalos. Epiquilo con crestas 11. Género
10 paralelas y longitudinales Cephalanthera
Brácteas del mismo color que los sépalos. Epiquilo sin crestas 12. Género Serapias
Labelo con apariencia humana Aceras anthropophorum
16
Labelo sin apariencia humana 17
Labelo pubescente que parece un insecto 18. Género Ophrys
17
Labelo con diferentes características 28
Flores sin espolón 29. Género Spiranthes
28
Flores espolonadas 30
Labelo mayor de 10 mm de longitud. Planta robusta con anchas 31. Género
hojas de más de 3 cm de anchura Himantoglossum
30
Labelo menor de 10 mm de longitud. Planta grácil con hojas de
32
menos de 3 cm de anchura
Plantas con tubérculos provistos de prolongaciones y digitados 33. Género Dactylorhiza
32 Plantas con tubérculos redondeados, desprovistos de
37
prolongaciones
Lóbulo central del labelo no dividido. Bráctea floral igual o
38. Género Anacamptis
claramente más larga que el ovario
37
Lóbulo central del labelo dividido. Bráctea floral menor al
45
ovario
Cavidad estigmática provista de dos protuberancias. Columna
46. Género Neottia
del ginostemo menor a 0,4 mm
45
Cavidad estigmática provista de dos protuberancias. Columna
47. Género Orchis
del ginostemo mayor a 0,9 mm
139
3. Género Limodorum
Espolón corto (menor de 4 mm de longitud) L. trabutianum
3
Espolón largo (mayor de 10 mm de longitud) L. abortivum
6. Género Epipactis
Hojas en disposición dística. Pedicelo verdoso E. fageticola
6
Hojas en disposición helicoidal. Pedicelo con tintes purpúreos 7
Hojas blandas erecto-patentes, agrupadas en 1/3 del tallo E. helleborine
7
Hojas coriáceas patentes, situadas hasta ½ o ¾ del tallo 8
Hojas basales no imbricadas. Epiquilo con dos protuberancias que se
E. lusitanica
sitúan en el tercio basal
8
Hojas basales imbricadas. Epiquilo con dos protuberancias que
9
ocupan más de la mitad de su superficie
Inflorescencia laxa. Tallo de hasta 35 cm. Pedicelo floral de 2-3 mm.
Margen de las hojas con (2)3-4 líneas de dientes hialinos de hasta 90 E. duriensis
µ. Ángulos de las hojas con el tallo entre 10-40°
9
Inflorescencia densa. Tallo de hasta 70 cm. Pedicelo floral de más
de 2,7 mm. Margen de las hojas con (1)2-3 líneas de dientes hialinos E. tremolsii
de hasta 60 µ. Ángulos de las hojas con el tallo entre 35-55°
140
18. Género Ophrys
Sépalo superior curvado hacia adelante, cubriendo el ginostemo 19
18
Sépalo dorsal erguido o dirigido hacia atrás 22
Labelo provisto de un margen con largos pelos rojizos. Mácula central
O. speculum
grande y de color azul brillante
19
Labelo con margen lampiño o con pelos muy cortos, sin mácula
20
central brillante
Labelo parecido a un guante de boxeo en vista lateral, con
abundante pilosidad aterciopelada. Base de la cavidad estigmática y O. dyris
20 del labelo planas
Labelo con otra morfología. Base de la cavidad estigmática y del
21
labelo con un surco longitudinal más o menos marcado
Margen del labelo con una amplia franja amarilla O. lutea
21
Margen del labelo con una sutil franja amarilla O. lupercalis
Sépalos redondeados 23
22
Sépalos triangulares u ovados 25
Sépalos verdosos. Labelo menor de 1 cm de longitud O. bombyliflora
23
Sépalos rosados. Labelo mayor de 1 cm de longitud 24
Labelo igual o más ancho que largo. Sépalos muy cóncavos con una
coloración rosa intenso. Mechón hirsuto cerca del extremo apical. O. ficalhoana
Floración tardía (abril-mayo)
24
Labelo más largo que ancho. Sépalos ovado-lanceolados a
subredondeados con una coloración rosa. No presenta mechón O. tenthredinifera
hirsuto cerca del extremo apical. Floración temprana (febrero-abril)
Labelo poco trilobado, semiesférico. Pétalos rectangulares y anchos O. incubacea
25 Labelo claramente trilobado, fusiforme. Pétalos triangulares y
26
estrechos
Labelo más ancho en el extremo, apéndice apical más estilizado y
O. apifera
curvado hacia atrás
26
Labelo más ancho en la zona media estrechándose hacia el extremo,
27
apéndice apical grueso y curvado hacia delante
Flores medianas (labelo de 9-13 mm). Margen del labelo concoloro y
O. scolopax
pubescente. Pétalos laterales lanceolados, mayores a 5 mm
27
Flores pequeñas (labelo de 7-9 mm). Margen del labelo discoloro y
O. picta
glabro. Pétalos laterales lineales, menores a 5 mm
141
29. Género Spiranthes
Hojas de la roseta basal linear lanceoladas, erguidas. Tallos glabros
S. aestivalis
o casi, que nacen del centro de la roseta
29
Hojas de la roseta ovales a elípticas, no erguidas. Tallos pubescente-
S. spiralis
glandulares, que nacen por fuera de la roseta
142
33. Género Dactylorhiza
Flores amarillas 34
33
Flores rosadas hasta violáceas 35
Labelo sin máculas. Espolón más largo que el ovario y curvado hacia
D. sulphurea
34 arriba
Labelo con 2 máculas rojizas. Espolón más corto que el ovario y recto D. insularis
Hojas basales más de 7 veces más largas que anchas. Tallos de menos
D. irenica
de 2,5 mm de diámetro en la base de la inflorescencia
35
Hojas basales de menos de 5 veces más largas que anchas. Tallos de
36
más de 4 mm de diámetro en la base de la inflorescencia
Tallo hueco. Espolón ≤ 9 mm. Hojas no maculadas D. elata
36
Tallo sólido. Espolón ≥ 9 mm. Hojas habitualmente maculadas D. maculata
143
144
145
CONSIDERACIONES ACERCA DE LA NOMENCLATURA CIENTÍFICA
A continuación, se presentan en forma de fichas, las orquídeas silvestres encontradas
en el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. La ordenación de las fichas se ha realizado en función
de género y especie, siguiendo los criterios de clasificación taxonómica realizados por F. M.ª
Vázquez Pardo en su obra “Revisión de la familia Orchidaceae en Extremadura”. En base a
los últimos trabajos publicados, algunos taxones han sido reclasificados:
147
148
Aceras anthropophorum (L.) W. T. Aiton
149
150
Anacamptis champagneuxii (Barnéoud) R. M.
Bateman, Prindgeón & M. W. Chase
151
152
Anacamptis collina (Banks & Sol.) R. M.
Baterman, Pridgeon & M. W. Chase
153
154
Anacamptis coriophora L.
155
000
156
Anacamptis laxiflora (Lam.) R. M. Bateman,
Prindgeón & M. W. Chase
157
158
Anacamptis morio (L.) R. M. Bateman,
Pridgeon & M. W. Chase
159
160
Anacamptis papilionacea subsp. grandiflora
(Boiss.) C. A. J. Kreutz
161
162
Anacamptis picta (Loisel.) R. M. Bateman
163
164
Anacamptis pyramidalis (L.) Rich.
165
166
Cephalanthera longifolia (L.) Fritsch
167
168
Cephalanthera rubra (L.) Rich
169
170
Dactylorhiza elata (Poir.) Soó
171
172
Dactylorhiza insularis Ó. Sánchez & Herrero
173
174
Dactylorhiza irenica F. M. Vázquez
175
176
Dactylorhiza maculata (L.) Soó
177
178
Dactylorhiza sulphurea (Link) Franco
179
180
Epipactis duriensis Bernardos,
D. Tyteca, Revuelta & Amich
181
182
Epipactis fageticola (C. E. Hermos.)
Devillers-Tersch. & Devillers
183
184
Epipactis helleborine (L.) Crantz
185
186
Epipactis lusitanica D. Tyteca
187
188
Epipactis tremolsii Pau
VARIABILIDAD: Taxón muy variable y que hibrida con otras especies del
género. Hemos encontrado ejemplares con las flores totalmente verdosas
que corresponden a E. tremolsii var. viridiflora Benito, de la que
incluimos fotografía.
189
190
Himantoglossum hircinum (L.) Spreng
191
192
Himantoglossum robertianum (Loisel.) P.
Delforge
193
194
Limodorum abortivum (L.) Swaartz
195
196
Limodorum trabutianum Batt.
197
198
Neotinea conica (Will.) R. M. Bateman
199
200
Neotinea maculata (Desf.) Stearn
201
202
Neottia nidus-avis (L.) L. C. M. Richard
203
204
Ophrys apifera Hudson
205
206
Ophrys bombyliflora Link
207
208
Ophrys dyris Maire Bull
209
210
Ophrys ficalhoana Guimaraes
211
212
Ophrys incubacea Bianca ex Todaro
213
214
Ophrys lupercalis (J. Devillers-Terschuren & P.
Devillers) C. A. J. Kreutz
215
216
Ophrys lutea Cav.
217
218
Ophrys picta Link
219
220
Ophrys scolopax Cav.
221
222
Ophrys speculum Link
223
224
Ophrys tenthredinifera Willd.
225
226
Orchis italica Poir.
VARIABILIDAD: Muy variable en el color de las flores, con tonos que van
desde el rosa fuerte hasta el blanco (forma albiflora). En el Geoparque,
hemos encontrado a O. italica var. fontinalis, que se caracteriza por
presentar un labelo con lóbulos anchos y apéndice apical alargado (ver
fotografía en página 253).
227
228
Orchis langei K. Richt
229
230
Orchis mascula L.
231
232
Orchis olbiensis Reut. ex Gren.
233
234
Orchis tenera (Landwehr) C. A. J. Kreutz
DESCRIPCIÓN: Tallo que puede medir hasta 50 cm, con hojas basales
generalmente maculadas. Inflorescencia laxa con flores rosado-violáceas.
Sépalos laterales hacia atrás y el central connivente con los pétalos.
Labelo entre plano y algo plegado, trilobulado, con una zona central más
clara y maculada. Espolón curvado hacia arriba o recto.
235
236
Serapias cordigera L.
237
238
Serapias lingua L.
239
240
Serapias lingua subsp. duriaei (Batt.) Soó
241
242
Serapias parviflora Parl.
243
244
Serapias perez-chiscanoi C. Acedo
245
246
Spiranthes aestivalis (Poiret) L. C. M. Richard
247
248
Spiranthes spiralis (L.) Chevall
249
INTRODUCCIÓN
Cuando una especie se autofecunda, todos los descendientes son iguales tanto en su
genotipo (conjunto de genes) como en su fenotipo (características visibles derivadas de los
genes), salvo que exista una mutación. Pero la autofecundación no es lo normal; las especies
tienden a la fecundación cruzada con otro individuo de la misma especie, que produce un
aumento de la variabilidad genética y una mayor capacidad de adaptación a los cambios
ambientales. Por tanto, los individuos originados por la reproducción sexual son diferentes a
los progenitores, llevando un 50% de los genes de cada uno. En el caso de las orquídeas vemos
que no todos los individuos de la misma especie son iguales, sino que hay variaciones entre
ellos. El origen de la variabilidad aún sigue investigándose y probablemente es doble: en
primera instancia, los genes del individuo son los que determinan cómo es este individuo,
pero también hay que considerar la influencia de los factores ambientales que le afectan
(tipo de suelo, componentes minerales del mismo, condiciones climatológicas, etc.).
Otra cuestión destacable son las mutaciones. Una mutación es un cambio en la secuencia
del ADN, el cual puede estar ocasionado por errores en la división celular, una infección por
virus o la exposición a radiaciones o sustancias químicas denominadas mutágenos. Las
mutaciones pueden o no transmitirse a la descendencia, dependiendo si se producen en la
línea germinal o son somáticas respectivamente. En las orquídeas, ocasionalmente se
producen aberraciones, las cuales pueden estar relacionadas con las mutaciones
anteriormente descritas, conociéndose como “lusus” o “formas teratológicas”. Estas
morfologías fuera de lo normal son muy llamativas y presentan gran atractivo para fotógrafos
y aficionados.
Aunque parezca que las mutaciones a corto plazo puedan ser perjudiciales, son las
responsables de incrementar la variación genética en las especies, por lo que son esenciales
a largo plazo. El medio ambiente interactúa con dichas variaciones seleccionando a aquellos
individuos con características que mejor se adapten a su entorno, los cuales van a perdurar
en el tiempo al tener mayor descendencia.
251
VARIACIONES DE COLOR
El color de las partes de una planta se debe a los pigmentos que posee y cuya producción
viene regulada por los genes e influenciada por el medio ambiente. La variación en la
pigmentación es un fenómeno frecuente en las orquídeas. De una forma general, podemos
decir que existen dos extremos de color y entre ellos aparecen muchos casos intermedios.
En uno de dichos extremos está los ejemplares que poseen pocos pigmentos
(hipopigmentación), llegando incluso a la carencia total (albinismo); en el otro estarían
aquellos individuos con abundante pigmentación (hiperpigmentación). Estas variaciones
intraespecíficas han dado lugar a que en los nombres se añada también la variedad o forma
a la que corresponden, sin que esto tenga excesivo valor taxonómico.
252
A veces la variación de color se produce en una parte de la planta o de la flor, como
ocurre en estos ejemplares de Ophrys speculum en los que el labelo aparece verde-
amarillento sin que se diferencien en las zonas características de los ejemplares normales.
253
En Ophrys el color del borde del labelo puede presentar o no una franja de color
amarillo. Esta característica puede orientarnos, pero no debe tomarse para diferenciar
taxones ya que hay especies en las que unos individuos la presentan y otros no, dentro de las
mismas poblaciones, como podemos observar en estas fotografías de O. algarvensis
realizadas en la provincia de Badajoz. Quizás los ejemplares con margen labelar amarillo
tengan más atracción sobre los polinizadores al destacar más el cuerpo de la falsa hembra.
Finalmente, hay que destacar que existen orquídeas con una amplia gama de colores en
las flores, como es el caso de Himantoglossum robertianum. En esta especie podemos
observar poblaciones con ejemplares completamente morados hasta otros blancos,
encontrándonos un amplio espectro de coloraciones intermedias. Esta variabilidad de color
también va asociada a una cierta variabilidad en la morfología de las piezas florales.
254
VARIACIONES MORFOLÓGICAS
Algunas especies muestran variabilidad en la forma de determinadas estructuras como
por ejemplo la forma del labelo. Un claro ejemplo se produce en algunos ejemplares de
Orchis italica, con lóbulos anchos, apéndice apical alargado e inflorescencia ovoide, variedad
denominada O. italica var. fontinalis F. M. Vázquez.
Variabilidad en la forma del labelo en Orchis italica; forma típica (izquierda) y forma fontinalis (derecha)
Otro tipo de variación morfológica a destacar son las aberraciones, una serie de
anomalías anatómicas exageradas. Éstas se producen ocasionalmente en género Ophrys y en
menor medida en Serapias y Anacamptis donde nosotros hemos encontrado diversos casos.
Estas aberraciones pueden estar relacionadas con la morfología de los sépalos y pétalos. A
veces, afectan también a las dimensiones del labelo.
Ophrys scolopax con pétalos Serapias lingua con sépalos Ophrys scolopax sin labelo
sepaloideos petaloideos desarrollado (Fotografía Alicia Toro)
255
Doble labelo en Anacamptis coriophora Flor de Serapias lingua con dos labelos
Doble labelo en un ejemplar de Ophrys incubacea Flores de Himantoglossum robertianum con doble labelo
256
Floración del posible lusus de Dactylorhiza elata. Espiga floral (izquierda), detalle de la flor (centro)
Antes de terminar este capítulo queríamos comentar que, a finales de julio de 2021, en
una zona higroturbosa del Geoparque encontramos un grupo de siete ejemplares de
Dactylorhiza, los cuales mostraban flores diferentes a cualquier especie de este género.
Estos individuos presentaban todas sus flores con un labelo estrecho, rectangular y con forma
de lengüeta, terminado en un ínfimo espolón. Por las características generales y en base a
nuestra experiencia, suponemos que estos especímenes se encuadran dentro de D. elata. A
diferencia de esta, el labelo no adquiere la forma típica (subentero o trilobuado) y el espolón
aparece mínimamente desarrollado. El resto de piezas florales eran más o menos normales
al igual que el desarrollo del fruto. No creemos que estos ejemplares localizados en el
Geoparque sean híbridos. Pensamos más bien que se trata de una anomalía genética que
afecta a genes homeóticos que regulan la diferenciación floral. Esta posible anomalía que
presentamos nos recuerda a otras que aparecen en Orchis y Serapias.
Vista frontal y lateral de la flor de un ejemplar normal de Datylorhiza elata (en cada imagen situado a la derecha) y
posible lusus (en cada imagen situado a la izquierda)
257
INTRODUCCIÓN
Los híbridos se producen como resultado del cruce de dos especies distintas, y en la
familia de las orquídeas es relativamente frecuente que ocurra este fenómeno. La
hibridación sucede entre especies próximas, normalmente del mismo género, pero también
hay ejemplos de cruce entre orquídeas de distintos géneros siempre cercanos
filogenéticamente. Cuando los híbridos pertenecen al mismo género se habla de híbrido
intragenérico, mientras que si los parentales son de géneros diferentes hablamos de híbrido
intergenérico, mucho más escaso.
Para que se produzca la hibridación, las especies implicadas deben compartir hábitat y
tener épocas de floración similares. En la hibridación es común hablar de “heterosis”,
término también conocido como “vigor híbrido”, y que se utiliza para describir la mayor
vigorosidad y fortaleza de los ejemplares híbridos por la combinación de los caracteres de
los parentales. En las orquídeas, este fenómeno se traduce generalmente en un mayor
tamaño de la planta y en una floración más vistosa. Sin embargo, con frecuencia los híbridos
son estériles y tienden a desaparecer (aunque a veces pueden mantenerse por reproducción
vegetativa). En ocasiones los descendientes son fértiles y pueden llegar a cruzarse con los
parentales produciéndose un retrocruzamiento que genera ejemplares de segunda
generación. Este hecho puede estar favorecido por un genoma de los parentales similar o
porque ocurra la duplicación del número de cromosomas (poliploidía). Si la población de
híbridos generara a su vez nuevos individuos compatibles entre sí, podrían en un futuro llegar
a originar una especie nueva. Un ejemplo que tenemos en Extremadura es Serapias x
occidentalis, un híbrido estabilizado cuyos parentales son S. vomeracea y S. cordigera.
En este capítulo vamos a detallar los géneros presentes en el Geoparque que muestran
hibridaciones y que han sido hallados dentro de su ámbito geográfico detallando, además,
otros nothotaxones que, aunque no han sido localizados, podrían estar presentes.
Finalizaremos el capítulo, incorporando algunas fotografías de híbridos junto a los
parentales.
259
HIBRIDACIÓN EN EPIPACTIS
Uno de los géneros más complicados de determinar en cuanto a su hibridación es
Epipactis. En Flora Ibérica (vol. XXI, pág. 36), D. Tyteca y M. Dufrène indican que existen
poblaciones en noroeste de Portugal y oeste de Andalucía de difícil determinación, con
caracteres intermedios entre E. tremolsii y E. lusitancia, lo que presumiblemente se debe a
la existencia actual o pretérita de procesos de introgresión hibridativa entre ambas especies.
P. Delforge, en su Guía de las Orquídeas de España y Europa (Lynx Edicions, mayo 2002)
indica que, a causa de la gran variabilidad intrínseca de muchas Epipactis, los híbridos
interespecíficos son muy difíciles de detectar con certeza. La determinación como híbrido
de un individuo que parece aberrante debe hacerse, particularmente para este género,
después de examinar las posibilidades de la apocromía o de las variaciones debidas a los
hábitats (formas forestales, formas de los medios abiertos), hecho que necesita de un buen
conocimiento de los diferentes aspectos de las supuestas especies progenitoras.
En el Geoparque (Solana de Cabañas y Navezuelas) conocemos dos ubicaciones en las
que conviven poblaciones de E. tremolsii y E. lusitanica, y en ambas hemos encontrado
ejemplares que no se adscriben exactamente a ninguna de estas especies, por lo que podrían
tratarse híbridos entre ambas.
260
HIBRIDACIÓN EN OPHRYS
El género Ophrys dispone de numerosas barreras que dificultan que se produzcan cruces
entre los distintos taxones. Sin embargo, en el ámbito mediterráneo, uno de los géneros con
más híbridos descritos es curiosamente Ophrys. Este hecho puede estar asociado a la gran
cantidad de especies descritas y la coincidencia de hábitat y fenología de los taxones.
Además, parece ser que la existencia de polinizadores no tan específicos como en un
principio se pensaba, ha facilitado los procesos de hibridación.
En el territorio extremeño no resulta difícil observar híbridos intragénero, habiéndose
descrito más de una docena. Dos de las especies que aparecen en más casos de hibridación
son O. tenthredinifera y O. speculum, frecuentes en muchos hábitats. En el Geoparque,
nosotros sólo hemos podido identificar tres híbridos:
261
HIBRIDACIÓN EN ORCHIS, ACERAS Y ANACAMPTIS
La hibridación en Orchis, Aceras y Anacamptis no es rara, incluso se han descrito híbridos
entre estos géneros, debido a su proximidad filogenética. En el Geoparque hemos localizado:
Ejemplar de Orchis con tallo verdoso Ejemplar de Orchis con Ejemplar de Orchis de 74 cm de
y espolón curvado hacia abajo características intermedias altura
262
HIBRIDACIÓN EN DACTYLRHIZA
Dactylorhiza es uno de los géneros de orquídeas donde la hibridación es más frecuente.
Varios autores indican que la hibridación entre las especies de la sección Dactylorhiza es
relativamente sencilla cuando conviven en el mismo hábitat varias especies. Este hecho
estaría facilitado por la coincidencia fenológica en la floración y la similitud de las
estructuras florales. Además, estas especies no suelen tener polinizadores específicos ni
tampoco barreras genéticas a nivel de ploidías.
En 2008, en el Geoparque se descubrió para la ciencia un nuevo híbrido, Dactylrhiza x
perez-chiscanoi F. M. Vázquez, cuyos parentales son D. elata y D. irenica. Este nothotaxón
fue localizado en las turberas del valle del Hospital del Obispo. Como características, su
descubridor indica que muestra flores pequeñas y hojas alargadas, similares a D. irenica.
Además, presenta inflorescencias alargadas con numerosas flores y brácteas florales anchas
superando a las flores como en D. elata.
HIBRIDACIÓN EN SEPARIAS
El género Serapias constituye un grupo monofilético aislado formado por especies muy
próximas, factor que conlleva una gran variabilidad, con numerosas formas de transición de
difícil delimitación taxonómica. Este hecho unido a que las especies presentan periodos de
floración similares, con hábitat análogos donde existen nutridas poblaciones facilitan que los
híbridos sean frecuentes. Otro factor que favorecería este fenómeno sería disponer de un
número de cromosomas igual. Excepto S. lingua que es octoploide (2n=72), el resto de las
representantes del género en nuestro ámbito geográfico es tetraploide (2n=36).
En el Geoparque, hasta la fecha se han descrito tres híbridos:
263
Anacamptis collina Anacamptis
papilionacea
264
Anacamptis Anacamptis
champagneuxii papilionacea
265
Dactylorhiza elata Dactylorhiza irenica
266
Ophrys speculum Ophrys tenthredinifera
267
Ophrys incubacea Ophrys tenthredinifera
268
Ophrys incubacea Ophrys speculum
269
Ophrys scolopax Ophrys tenthredinifera
270
Ophrys bombyliflora Ophrys tenthredinifera
271
Ophrys apifera Ophrys ficalhoana
272
Orchis olbiensis Orchis langei
273
Serapias lingua Serapias parviflora
274
Serapias lingua Serapias perez-
chiscanoi
275
Orchis italica Aceras
anthropophorum
276
277
La realización de un catálogo de orquídeas a nivel regional, que en nuestro caso se
circunscribe al Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, es una ardua tarea que no sólo implica un
dominio específico de las especies consideradas, sino que también conlleva un conocimiento
del territorio a buscar.
Un territorio tan amplio, con más de 2.500 km2, alberga infinidad de microhábitats
adecuados para ciertas especies de orquídeas que no han sido localizadas en este trabajo ni
en anteriores estudios. A pesar de que en esta investigación se ha llevado a cabo un minucioso
estudio de campo, con infinidad de visitas, hay que resaltar que ha resulto imposible rastrear
la zona palmo a palmo.
Asimismo, la peculiaridad de las orquídeas, generalmente de pequeño porte, con una
etapa de letargo variable y con una floración limitada a un determinado periodo, muy
influenciado por la climatología, hacen que puedan pasar fácilmente desapercibidas incluso
para los especialistas.
Todos estos aspectos hacen que el hallazgo de ciertas especies sea dificultoso y a
menudo conlleve un cierto grado de suerte. Consecuentemente, el estudio de las orquídeas
del Geoparque que hemos realizado no podemos darlo por concluido. Estamos convencidos
de que en los próximos años seguirán apareciendo nuevas especies, variedades e híbridos
que nosotros no hemos encontrado. La colaboración de aficionados y expertos seguramente
nos depararán gratas sorpresas.
Para facilitar este trabajo, en este apartado del libro hemos indicamos algunos de los
taxones que pueden aparecer en el territorio, incluyendo las fichas correspondientes para
ayudar a su identificación en caso de ser hallados.
279
280
Anacamptis fragrans Pollini
VARIABILIDAD: Escasa.
Anacamptis fragrans
281
282
Epipactis palustris (L.) Crantz
283
284
Ophrys apifera var. almaracensis
Pérez Chiscano, F. Durán & J. R. Gil
285
286
Ophrys grupo fusca
Ophrys algarvensis
287
288
Ophrys grupo lutea
289
290
Serapias maria F. M. Vázquez
291
292
Serapias x occidentalis C. Venhuis & P. Venhuis
Serapias x occidentalis
293
INTRODUCCIÓN
Las orquídeas son plantas que han adquirido una gran popularidad en las últimas
décadas. Sus bellas y exóticas flores han atraído la atención de multitud de personas que las
eligen por su innato valor ornamental. Sin embargo, este hecho representa una visión sesgada
para este grupo de plantas, ya que aspectos como su biología reproductiva, polinización o
morfología de sus estructuras florares han generado y generan una notable fascinación entre
la comunidad científica y sus aficionados y, por ende, se hace necesario su divulgación.
En España, las orquídeas nativas han despertado recientemente un creciente interés en
la sociedad, que se ha traducido en diferentes seminarios, jornadas y publicaciones.
Extremadura goza de ser una de las comunidades autónomas que presenta mayor número de
publicaciones sobre orquídeas. El primer trabajo que se dedicó exclusivamente al estudio de
éstas fue el realizado por J. L. Pérez Chiscano, J. R. Gil Llano y F. Durán Oliva en 1991 con
el título de “Orquídeas de Extremadura”.
295
ADENEX Y LAS ORQUÍDEAS
La Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (ADENEX),
fundada en 1978, lleva más de 40 años trabajando en la defensa y conservación del entorno
en nuestra comunidad autónoma. Las secciones de Botánica y Zoología de ADENEX han
trabajado mucho para que la sociedad extremeña y sus dirigentes valoraren una de las
biodiversidades salvajes más ricas de Europa. La declaración de Monfragüe y Cornalvo como
espacios protegidos, la defensa de la vegetación y el paisaje cultural autóctono, la campaña
por nuestras dehesas al calor de la aprobación de la ya obsoleta Ley de la Dehesa de 1986,
los encuentros y congresos sobre diversas temáticas ambientales, algunos de ellos de calado
internacional, concienciaron a la población acerca de las problemáticas que tenía nuestro
territorio. De hecho, no hubo comarca extremeña que no contara con delegados locales
dispuestos a invertir su tiempo y recursos para conseguir sus objetivos.
Una de las actividades que realiza ADENEX es dedicar un día a la divulgación de las
orquídeas de Extremadura, celebrándolo en las diferentes comarcas. Los actos consisten en
una conferencia sobre el tema y posteriormente una jornada de campo para observar
orquídeas. Ángela Garrote y Elvira del Viejo son las dos personas que se han encargado de la
organización del Día de la Orquídea.
Cartel informativo del XIV Día de la Orquídea Observación in situ de ejemplares de Orchis italica
296
ORCHYDARIUM DE ALMARAZ (CÁCERES)
Si algún municipio extremeño destaca por su historia e interés en la orquideología, este
es, sin lugar a duda, Almaraz. En los montes situados al sur de esta población, a finales de
los años 80 del pasado siglo, F. Duran Oliva, coautor de este libro, junto con J. L. Pérez
Chiscano y J. R. Gil Llano descubren una bella variedad de Ophrys apifera, denominada
variedad almaracensis, en honor a la localidad donde se descubre. Dicha variedad, que
algunos autores engloban dentro O. apifera var. fulvofusca, detectada en Cerdeña, destaca
por la coloración monocromárica del labelo, diferenciándose de la especie tipo en la
morfología de este, cavidad estigmática y gimnostemo. En la zona donde se desarrolla,
conocida como “El Sierro”, aparecen hasta 18 especies de orquídeas y diversas variedades,
formas e híbridos, habiendo sido declarada “Lugar de Interés Científico”.
El ayuntamiento de Almaraz y la Diputación Provincial de Cáceres inauguraron en 2015
un Centro de Interpretación (Orchydarium), el cual dispone de paneles expositivos para la
interpretación y el conocimiento de la familia de las orquídeas en general y de las especies
presentes en Almaraz en particular. Los horarios de visita se pueden consultar en la web
(www.orchidarium.es) o llamando al teléfono 927 544 514. Aunque Almaraz no pertenece al
Geoparque, se encuentra relativamente cerca, por lo que recomendamos su visita.
Orchydarium de Almaraz
297
BLOG PROYECTO ORQUÍDEA
Desde 2007 hasta 2021, este blog de J. M. Mateos ha permitido conocer mejor la
diversidad de especies de orquídeas extremeñas y su distribución en el territorio. Según su
autor, “PROYECTO ORQUÍDEA pretende llamar a la colaboración para la actualización en el
conocimiento de las orquídeas de Extremadura, tanto en número de especies como su
distribución, mediante una metodología participativa y voluntaria que convoca a todos los
interesados por la naturaleza extremeña, aprovechando además los recursos que ofrecen las
nuevas tecnologías para la difusión y el conocimiento de la información”.
En febrero de 2021 dicho blog pone un punto final a esta vía de difusión, la cual nos ha
aportado tanto. Sin embargo, este final no conlleva la total desaparición de su esencia, la
cual aún sigue viva a través del cauce de Facebook
(https://www.facebook.com/proyectoorquidea/).
Seguidamente, ponemos aquí las emotivas palabras de José Antonio al cerrar el blog:
Se remonta a 2007 la apertura de este blog, con dos únicas entradas que sentaban
las bases de una andadura cuyo recorrido entonces era imposible adivinar. Este año
se cumplen 15 años de aquel inicio, 15 años de imágenes, datos y referencias con unas
protagonistas esenciales, las orquídeas silvestres de la flora extremeña, además de
aportaciones ocasionales relacionadas con flora y conservación vegetal, en sentido
amplio.
15 años de colaboraciones desinteresadas y generosas que, en primera instancia,
han sido el soporte esencial del blog, conforme al espíritu inicial del mismo. Uno de
los lemas era ese precisamente: "cuantos más ojos miran, más cosas se ven", y ha sido
como un aforismo de pleno sentido que además se ha visto realzado por otro
enunciado más castizo: "y encima lo cuento". Esa era la idea: aportar al caudal general
de conocimiento de los valores naturales del territorio extremeño.
Pasados 15 años, el nivel de conocimiento y divulgación de este apasionante
mundo vegetal es ya muy amplio y sólido, afortunadamente. Para empezar, por la
abundante "materia prima", por la enorme riqueza del patrimonio natural extremeño
que, con distinta intensidad, se nos presenta y podemos reconocer casi en la puerta
de nuestros pueblos, ciudades, parques e incluso rotondas y cunetas. Y para continuar
porque a poco que a ese patrimonio natural le aplicamos un mínimo nivel de interés
y divulgación, acompañado de la generosidad de quien comparte y con el potencial de
difusión actual mediante móviles y redes sociales, la corriente de conocimiento se
multiplica. Se ha multiplicado en estos 15 años, y seguramente así continuará. Y a eso
se ha querido contribuir desde Proyecto Orquídea.
298
"Materia prima" y medios técnicos no habrían sido suficientes si no hubieran ido
acompañados de la mirada del aficionado botánico, del amante del entorno de su
pueblo, del fotógrafo que encontró nuevo tema, de quienes tienen el medio natural
como escenario laboral y responsabilidad en su gestión, de quienes hacen rutas sin
prisas, del que se deja sorprender por la diversidad de lo que nos rodea, y también
de los que se preocupan por las amenazas y problemas de dicha diversidad.
Finalmente, queremos felicitar a José António por el ingente trabajo que ha supuesto
esta iniciativa, la cual ha sido tan necesaria e importante a la hora de conocer nuestro
patrimonio orquidológico regional.
299
RUTAS PARA DISFRUTAR DE LAS ORQUÍDEAS
Somos conscientes de que la conservación de nuestro patrimonio botánico y
orquidófilo debe simultanearse con el disfrute del mismo por expertos y aficionados a la
naturaleza. Partiendo de que las orquídeas gozan de un valor estético indiscutible,
exhibiendo excepcionales adaptaciones morfológicas, entendemos que muestran un
amplio atractivo para la sociedad.
Hay que recordar que las orquídeas presentan relaciones mutualistas muy estrechas
con hongos, los cuales, a su vez establecen relaciones con otras plantas. En su conjunto,
conforman un frágil entramado ecológico, en el que cualquier mínima alteración puede
abocar a la desaparición de las orquídeas. Por ello y por su escasez, las especies de
orquídeas que medran en los montes extremeños deben ser consideradas como auténticas
rarezas botánicas, las cuales son patrimonio de todos.
Aunque no somos partidarios de divulgar los lugares en los que prosperan poblaciones
sensibles de algunas especies de orquídeas extremeñas, queremos exponer aquí algunos
ejemplos de hábitats accesibles en los que poder acercarse a este mundo apasionante. Sin
embargo, para poder disfrutar de estos hay que cumplir una serie de normas:
1. Bajo ningún concepto está justificado cortar, arrancar o dañar ninguna orquídea.
2. Debido a los elevados requerimientos bióticos y abióticos de las orquídeas, su
presencia en el medio natural es bioindicadora del buen estado de conservación
de los hábitats y ecosistemas naturales donde se desarrollan. Por lo tanto, es
necesario conservarlos, evitando cualquier mínima alteración en el medio en el
que viven.
3. Debemos de evitar caminar fuera de los senderos marcados.
4. Al tomar notas de campo, hacer dibujos o fotografías, hay que minimizar el
impacto por pisoteo en las cercanías de las orquídeas.
Cumplimento todos estas estas normas y eligiendo la época idónea de floración,
podremos disfrutar de la belleza que muestran las orquídeas extremeñas en su hábitat
natural. Para facilitar el trabajo, os propondremos una serie de rutas orquídeofilas.
301
RUTA POR EL SIERRO DE ALMARAZ
Tal y como hemos comentado en el capítulo anterior, la localidad cacereña de Almaraz
dispone de un centro de interpretación (Orchydarium) donde podemos introducirnos en el
apasionante mundo de las orquídeas. Este centro además ofrece la posibilidad de realizar
una ruta circular de unos 4 kilómetros aproximadamente que recorre el Lugar de Interés
Científico de “El Sierro”, famoso por la gran cantidad y singularidad de sus orquídeas. El
término municipal de Almaraz no pertenece al Geoparque pero se encuentra bastante cerca,
por lo que consideramos que es una excursión perfecta para iniciar nuestro recorrido por las
sierras y valles villuerquinos, ya que geomorfológicamente pertenecen a esta unidad.
Para llegar al inicio de la ruta tenemos dos posibilidades; acceder desde el Orchydarium
a través de un camino señalizado o acceder desde una pista que se desvía al norte en la
confluencia de la carretera CC-118 con la autovía A-5. Una vez situados en el punto de inicio,
deberemos de seguir las señalizaciones de la ruta dirección este. El primer atractivo de la
visita se situará a nuestra izquierda, a unos 200 metros aproximadamente. Se trata de la
ermita de Rocamador, lugar donde los almaraceños celebran su afamada romería. A unos 500
metros del inicio nos encontraremos con un cruce en que deberemos de tomar el camino de
la derecha. Unos carteles indicativos de la ruta aparecerán a continuación.
Ophrys apifera var. almaracensis Cartel informativo sobre las orquídeas de la ruta
302
Las primeras orquídeas empiezan a aparecer a ambos lados del sendero. Continuando el
camino, iremos poco a poco subiendo una pequeña cuesta, dejando a su vez una imponente
cantera de roca caliza a nuestra izquierda. En lo alto del cerro podemos descansar
aprovechando unos cenadores habilitados a tal efecto. Desde este punto se divisa una amplia
panorámica de todo el Campo Arañuelo. Siguiendo el camino, a 1,8 kilómetros del inicio,
deberemos de girar 90º a la derecha, continuando ahora dirección noroeste entre dehesas y
olivares. Pronto nos encontraremos con unos hornos antiguos de cal, ya en desuso, los cuales
utilizaban las rocas carbonatadas presentes en el área (calizas y dolomías). Si seguimos la
ruta, poco a poco vamos a ir descendiendo hasta la carretera CC-118, en la cual deberemos
de tomar de nuevo el camino a nuestra derecha para finalizar la ruta en el punto de inicio
de la misma.
En todo el trayecto de la ruta vamos a poder observar hasta 18 especies de orquídeas
diferentes, entre las que sobresale la abejera de Almaraz (Ophrys apifera var. almaracensis),
una variedad hipercromática que encuentra en este lugar su mayor población conocida en
España. La mejor época para disfrutar de la floración de las orquídeas es desde el mes de
febrero hasta mediados de mayo, acompañando la ruta con la correspondiente visita al
Orchydarium.
303
RUTA DE LOS CASTAÑOS DE CALABAZAS
En la localidad de Castañar de Ibor (Cáceres) podemos hacer una interesante ruta
denominada “Castaños de Calabazas”. Se trata de una ruta lineal de 7,3 kilómetros (ida y
vuelta) en la que disfrutaremos de multitud de atractivos. Su denominación la toma debido
a que en su recorrido observaremos un conjunto de 17 castaños monumentales amparados
con el distintivo de “Árbol singular” que otorga la Red de Espacios Naturales Protegidos de
Extremadura. Se calcula que todos ellos superan los 500 años, llegando algunos ejemplares,
como el denominado “Castaño del Postuero”, a los 800 años de edad.
Para iniciar la ruta deberemos dirigirnos al Hostal Solaire, situado en el kilómetro 28,8
de la carretera EX-118 (que comunica Navalmoral de la Mata con Guadalupe). Justo enfrente
del hostal, en la misma curva de la carretera se inicia una pista, en la cual existe un cartel
indicador del itinerario de la ruta. Huertos y castaños nos reciben en los primeros metros,
cerrándose la orla boscosa a medida que continuamos por el camino. Desde el mismo borde
del sendero, sin necesidad de adentrarnos en el bosque, podemos observar algunas de las
más hermosas orquídeas forestales de Extremadura, entre las que destacan Dactylorhiza
sulphurea, Cephalanthera longifolia, D. insularis, Orchis tenera, O. langei, Limodorum
abortivum, Neottía nidus-avis y diversos Epipactis.
304
Tras 1,5 kilómetros, el denso bosque de castaños va desapareciendo paulatinamente,
adentrándonos poco a poco en un frondoso robledal, el cual nos acompañará hasta los
famosos Castaños de Calabazas (2,8 km). Para llegar a ellos deberemos antes de superar el
collado del Postuero (2,2 km), descendiendo posteriormente por la cabecera de la garganta
de Calabazas. El conjunto de castaños junto al quejigo de la Fuente (otro Árbol Singular de
la zona), situados en una gran pedrera cuarcítica, nos sorprenderán por su magnífico porte y
nos acogerán en un paisaje que llena la mirada del visitante.
Para finalizar la ruta, continuaremos el sendero hasta la “Chorrera de Calabazas” (3,6
km), una bella cascada rodeada de frondosa vegetación que incluye ejemplares de enebros
y loros (Prunus lusitanica), un enigmático árbol, cuyo origen se remonta a los bosques
subtropicales montanos que poblaron la cuenca del Mediterráneo durante el Terciario.
La mejor época para disfrutar de la ruta es la primavera, especialmente los meses de
abril y mayo, época en las que las orquídeas forestales alcanzan su mayor belleza y
espectacularidad. Fuera de este periodo, ya no encontraremos orquídeas en floración, pero
a cambio podremos disfrutar de la frescura de estos bosques en verano, el esplendor
cromático del otoño o las morfologías fantasmagóricas de los castaños durante la temporada
invernal.
305
RUTA DEL DESFILADERO DEL PEDROSO
Esta ruta se inicia en Puente del Arzobispo, un pintoresco pueblo famoso por su
cerámica. A pesar de que dicha localidad pertenece a la provincia de Toledo, colinda con el
territorio del Geoparque, el cual se adentra hasta la misma esquina de su afamado puente
medieval. Para iniciar la ruta deberemos de ubicarnos en la orilla sur del río Tajo, junto al
puente y al oeste de la carretera que lo cruza. Se ha habilitado un aparcamiento próximo
donde encontraremos carteles informativos sobre el Geoparque y la ruta.
La ruta es lineal con una longitud total de 3,6 kilómetros. Comenzaremos la ruta
siguiendo el Camino Natural del Tajo unos 300 metros, hasta toparnos con una bifurcación
en la que deberemos de tomar el sendero de la derecha. El camino va a transitar por el borde
de la penillanura que limita los riberos del río Tajo. A uno y otro lado del sendero vamos a ir
viendo orquídeas de carácter basófilo, las cuales aprovechan los niveles ricos en carbonatos
que presentan los depósitos de edad terciaria. Entre las especies que podremos observar
destaca una notable población de Ophrys incubacea, sin duda la orquídea más abundante en
la zona y que encuentra aquí su máxima representación en el Geoparque. Otras especies son
O. tenthredinifera, O. lutea, O. speculum y O. italica. Con suerte, también podremos
encontrar los híbridos Ophrys x manfredoniae y Ophrys x neokelleri.
306
Continuando la ruta, observaremos que empiezan a aparecer diseminadas piedras
berroqueñas, las cuales se hacen cada vez más abundantes. Dichas rocas adquieren curiosas
morfologías, distinguiéndose algunas piedras caballeras y otras con forma de seta.
Inesperadamente, el camino que seguíamos se ve obligado a girar 90º como
consecuencia de un imponente cañón que se abre ante nuestros ojos. Se trata del desfiladero
del Pedroso, un bello encajonamiento fluvial sorteado de cascadas, marmitas de gigantes y
rápidos. Con mucha precaución se puede descender hasta el interior del desfiladero,
deleitarnos así con el soberbio paisaje, escuchando a su vez el rugir del agua al caer. La
formación de este cañón se debe a la paulatina acción erosiva del agua a través de las
fracturas en los granitos, hecho que ha generado un imponente cañón. Antes de regresar,
desde lo alto de la planicie, podemos observar al oeste las ruinas de las murallas del Fuerte
de Castros, una fortaleza musulmana levantada en el siglo X para la defensa de la frontera
media del Tajo.
La mejor época para disfrutar de la floración va desde el mes de marzo hasta mediados
de mayo. Una vez finalizada la ruta y para aprovechar la jornada al máximo, recomendamos
visitar la localidad de Villar del Pedroso, famosa por las esculturas zoomorfas en forma de
“verracos” y por su Carnaval de Ánimas, del cual dispone de un centro de interpretación.
307
RUTA POR EL VALLE DEL HOSPITAL DEL OBISPO
El Valle del Hospital del Obispo está situado entre las localidades de Navalvillar de Ibor,
Guadalupe y Navatrasierra. Se accede tomando un desvío de la carretera EX-118 (Navalmoral
de la Mata a Guadalupe, kilómetro 14,5) que conduce a Navatrasierra a través de la carretera
CC-20.2 (kilómetro 33). También se puede llegar siguiendo el Camino de los Jerónimos desde
Navalvillar de Ibor, o por el Camino Real de Castilla a Guadalupe. En sus inicios el Hospital
del Obispo fue Palacete de caza de Pedro I El Cruel, quien en 1360 ordena crear una venta
en ese edificio, con el fin de que los peregrinos que transitaban por el Camino Real hacia el
Monasterio de Guadalupe pudieran hospedarse y descansar.
Recomendamos aparcar junto a la ermita restaurada del viejo Hospital, cerca de una
fuente de agua fresca. En este punto podemos iniciar la ruta, la cual consta de 3,6 kilómetros
entre ida y vuelta. Toda la ruta discurre por un frondoso robledal, caminando siempre junto
a la carretera, por lo que deberemos de estar atentos a los vehículos que circulan por ella.
Una vez situados en la fuente del Hospital del Obispo, comenzaremos a caminar por la
carretera dirección Navatrasierra. Tras 500 metros encontramos una turbera dividida en dos
por la propia carretera. Desde el mismo borde de esta podremos observar ejemplares de
Dactylorhiza elata, D. irenica y el híbrido Dactylorhiza x perez-chiscanoi.
Dactylorhiza elata Turberas en el fondo del valle del Hospital del Obispo
308
Continuando la ruta, vamos a ir flanqueando varios trampales y turberas en los
márgenes, observando otras especies de orquídeas como Anacamptis coriophora y Serapias
lingua. Tras cruzar la aliseda que flanquea la garganta del Hospital (1,0 km), proseguimos la
ruta bajo el dosel arbóreo de imponentes robles. Los robledales circundantes albergan otras
orquídeas como Orchis mascula, O. tenera, Neotinea maculata, Epipactis lusitanica y D.
insularis. La ruta finaliza en las chorreras del Cancho del Ataque, donde cuenta la leyenda
que en las guerras carlistas se libró una cruenta batalla que tiño de rojo las aguas de las
cascadas. En este punto existe un mirador con paneles explicativos del Geoparque. En las
cercanías, junto a uno de los desmontes realizados para el acopio de material de la carretera,
existe una pequeña población de A. champagneuxii.
La mejor época para disfrutar de la floración de las orquídeas es durante los meses de
abril, mayo y primera quincena de junio. Una vez finalizada la ruta podemos tomar un
tentempié en la misma fuente del Hospital del Obispo, la cual dispone de un pequeño
merendero con mesas, bancos y paneles informativos. Para aprovechar la jornada al máximo,
recomendamos visitar el Centro de Interpretación del Fósil, cercano al lugar y que se
encuentra ubicado en la pedanía de Navatrasierra.
309
RUTA POR SAN ROMÁN
Esta atractiva ruta circular presenta un recorrido total de 6,5 kilómetros, encontrándose
ubicada en el término municipal de Peraleda de San Román. En dicha ruta, las orquídeas más
frecuentes que vamos a poder observar son: Ophrys speculum, O. tenthredinifera, O. dyris,
O. lutea, O. incubacea, O. apifera, Orchis italica, Anacamptis collina, A. champagneuxii,
Serapias lingua y S. parviflora. Para acceder a ella, una vez situados en dicha localidad, se
coge un camino que parte desde la C/San Pedro dirección suroeste. A unos 750 metros
encontraremos una bifurcación, en la que tomaremos el camino de la derecha, el cual nos
conducirá hasta el valle de San Román. Tras recorrer casi tres kilómetros, serpenteando un
bello berrocal, llegamos al río Gualija, lugar donde se encuentra la ruta. Para iniciarla, nos
deberemos de ubicar junto al puente, iniciando el camino dirección oeste. A unos 400 metros
encontraremos una bifurcación, en la cual tomaremos el camino de la derecha adentrándonos
así en el pequeño valle del Vergel. Pronto empezaremos a observar las primeras orquídeas
de carácter basófilo, las cuales se desarrollan aprovechando los afloramientos carbonatados
(mármoles) que aparecen en la zona. El ser humano también ha utilizado estas rocas, y
testigo de ello son los antiguos hornos de cal que podemos observar en las inmediaciones
(1,3 km). A unos 1,9 kilómetros del inicio, nos debemos de desviar por un sendero que surge
a la derecha y que comunica el valle del Vergel con el del Madroño, ubicado justo al norte.
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Tras recorrer algo más de un kilómetro llegaremos a una amplia pista (2,2 km), la cual
tomaremos dirección oeste unos 50 metros, desviándonos posteriormente a la derecha hacia
el arroyo del lobo. En este punto, el camino gira dirección norte ascendiendo hasta un cerro.
En el mismo alto (2,7 km), tomaremos el camino de la derecha dirección este. Volveremos a
observar multitud de orquídeas a nuestro alrededor, las cuales nos acompañarán hasta el río
Gualija (5,1 km). En este punto, el camino que seguíamos se bifurca en dos. Deberemos de
coger el izquierdo, dirigiéndonos hasta un precioso puente medieval. Cruzaremos el río por
dicho puente, prosiguiendo después dirección sur unos 350 metros hasta un cruce, donde
deberemos de girar a la izquierda. Tras 400 metros, volveremos de nuevo a toparnos con otro
cruce, eligiendo esta vez el camino de la derecha. Tras 200 metros, encontramos una serie
de olivos centenarios a nuestra derecha. A la izquierda aparecen un conjunto de
edificaciones pertenecientes a la mina Marialina, una explotación de plomo y cobre del siglo
XIX y XX. Si continuamos la ruta, nos llamará la atención la gran cantidad de sillares y rocas
labradas que aparecen en los linderos de las fincas, testigos del antiguo poblado de San
Román, un pequeño asentamiento romano, repoblado posteriormente en época medieval.
Los restos más visibles del despoblado corresponden a la antigua iglesia, de la que sólo queda
en pie su pequeña torre. En las inmediaciones, también podemos observar majestuosos olivos
con diámetros descomunales. Embriagados por tantos atractivos, pronto nos daremos cuenta
de que hemos finalizado la ruta al toparnos con el punto donde la iniciamos.
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